Marijuana Complicates Relations Between the U.S. and Latin America

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La Propuesta 19, que el martes se votará en California, tiene el efecto potencial de una bomba atómica: se vota si se legaliza la mariguana, si se arrebata a los cárteles de la droga un negocio que mueve al año 19 mil millones de dólares, sólo en ese estado, más dinero que el que envían los mexicanos en remesas cada año desde todo Estados Unidos.

Curiosamente, el debate no está en el estado donde más se cultiva la hoja de cannabis y donde ya se autorizó con normalidad su uso terapéutico, sino al sur de la frontera. Ningún gobierno latinoamericano ha apoyado abiertamente esta audaz iniciativa, pero quienes han levantado la voz en contra con más fuerza han sido los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Colombia, Juan Manuel Santos, ambos involucrados en una estrategia de guerra sin cuartel contra el narcotráfico, aunque se lleve por delante miles de vidas.

Calderón sostiene, por ejemplo, que “no se puede legalizar y criminalizar al mismo tiempo”; sin embargo, los partidarios de su legalización, entre los que se encuentra varios ex presidentes latinoamericanos, como el colombiano César Gaviria, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, o los mexicanos Ernesto Zedillo y Vicente Fox, opinan lo contrario, que precisamente su legalización dejaría sin negocio a los narcotraficantes, aunque sólo fuera para que no tuvieran dinero para comprar armas. (Lástima que todos estos mandatarios no opinaran igual cuando tenían el poder, se lamentan los partidarios de la legalización).

Compromiso de Obama. Este agrio debate entre partidarios y detractores ha salpicado directamente a la Casa Blanca, que ha tenido que salir al paso de sus preocupados vecinos para garantizar que seguirá apoyando con firmeza la guerra contra el narcotráfico en los tres frentes donde han reclamado la ayuda directa o indirecta del gobierno de EU: Colombia, Centroamérica y México.

Estos días ha quedado claro que el presidente Barack Obama no tiene contemplado llevar su revolución al espinoso tema de la droga, que para él seguirá siendo ilegal.

Habrá que esperar, sin embargo, al veredicto de los californianos el 2 de noviembre para ver si su explosivo efecto se deja sentir con fuerza en otros estados de la Unión Americana o en otros países de la región. En cualquier caso, gane el “sí” o el “no” lo único que no cambiará es su demanda imparable de consumidores, lo que está en juego es cómo consiguen la droga si por la vía legal o la clandestina.

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