Latinos and Legalization

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Si el referendo para legalizar la marihuana en California no pasa hoy, como parece ser el caso por un estrecho margen, la falta de apoyo entre la población hispana será una de las principales causas. La impopularidad de la legalización también ayuda a entender por qué todos los mandatarios electos de América Latina se han opuesto a cualquier política de liberalización a la producción o el consumo de sustancias ilícitas, aun cuando “cambien” de opinión rápidamente luego de completar sus periodos.

En California, según una encuesta del LA Times, 57% de los latinos se opone al referendo para legalizar la marihuana, mientras que entre blancos y negros esta cifra es de 48 y 49%, respectivamente. Esta tendencia será especialmente negativa para el referendo de hoy, ya que en California más de un tercio de la población es de origen latino.

Los ciudadanos de América Latina son aún más adversos a la legalización. En México, 78% se opone a la legalización de la marihuana. El 85% de los jóvenes peruanos está en desacuerdo con la legalización de las drogas. Y en Colombia, diferentes encuestas muestran grados de oposición entre el 71 y el 75%, los mismos que hace 20 años.

Como en un universo paralelo, es rarísimo ver el consenso tan grande que este tema ha generado entre los líderes de opinión en Colombia. No recuerdo la última vez que María Isabel Rueda, Alfredo Molano, Alfredo Rangel y Antonio Caballero estuvieran de acuerdo en algo. Sin embargo, los cuatro, y una decenas de columnistas más, han escrito recientemente apoyando la liberalización de las drogas.

La discrepancia tan grande entre las élites y la población general deja muchas preguntas. ¿Por qué si los latinos sufren las peores consecuencias de la guerra contra las drogas son los que más apoyan la prohibición? ¿Por qué el consenso entre los expertos del continente no ha afectado la opinión de la población? ¿Es posible que los políticos hagan los cambios que los expertos recomiendan en contravía con la opinión pública? Pero sobre todo, y a propósito del lo que pasa en California, me pregunto si el futuro del cambio en las políticas de drogas puede llegar a América Latina como lo está haciendo en Estados Unidos, de abajo para arriba.

Porque así hoy no se apruebe el referendo en California, los activistas pro legalización han prometido volver a presentar iniciativas similares en el futuro. Y tarde o temprano la marihuana va a ser legal en algunos estados de EE.UU. Para el resto del continente, sin embargo, el futuro es mucho más incierto.

Como sea, habrá que seguir argumentando, así sea contraintuitivo, que legalizar la droga es menos dañino que prohibirla. Pero parece que cualquier reforma de las políticas de drogas en Latinoamérica tendrá que hacerse en contra de lo que quiere la mayoría, con una buena dosis de decisión elitista. Por eso tal vez habrá que esperar a que Santos se reelija para que “cambie” de opinión.

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