¿Ha sido una bendición oculta? El comentarista conservador Juan Williams ha perdido su empleo en la Radio Nacional de EEUU, la NPR, donde presentaba el programa Talk to the Nation.
La razón son estas declaraciones de Williams en el programa de Bill O’Reilly—autor de una novela pornográfica y reconvertido en comentarista conservador—de la cadena de televisión Fox News afirmando que “cuando subo a un avión y veo a gente vestida con ropajes musulmanes y que creo que se están identificando fundamentalmente como musulmanes, me pongo nervioso”.
Lo cierto es que inmediatamente después de su despido de NPR, Fox News le ha ofrecido dos millones de dólares (1,4 millones de euros) a Williams, con lo que éste no creo que eche de menos su antiguo trabajo. Máxime porque en Fox News va a estar rodeado de correligionarios, justo al contrario que en NPR. La transición, sin embargo, ha sido de todo menos tranquila. En un país con una polarización política tan enorme como EEUU, ha habido incluso una amenaza de bomba en la sede de NPR en Washington, que muchos atribuyen a su decisión de echar a Williams.
Algunos grupos musulmanes han dado la razón… a Williams. Tarek Fatah, fundador del Congreso Musulmán Canadiense, ha declarado que “me da miedo cuando veo a mujeres en burkas. ¿Quién sabe lo que llevan debajo? Somos víctimas de esa gente [los integristas]. Numerosos terroristas suicidas han matado a gente mientras llevaban burkas puestos”.
Stephen Schwartz, del Centro para el Pluralismo Islámico, ha declarado que “los musulmanes hemos fracasado hasta ahora en nuestro deber de prevenir las percepciones negativas entre nuestros vecinos no musulmanes, y muchos, desafortunadamente, hemos, tomado las preocupaciones de los no musulmanes como un desafío que hemos utilizado para reafirmar la identidad musulmana de forma más agresiva, a través de un discurso o de unas formas de vestir que a menudo son extravagantes o excesivas”.
Es, como siempre, un problema de percepciones. De hecho, es estadísticamente casi imposible que un musulmán vuele un avión (hay entre 1.200 y 1.500 millones de seguidores de esa religión en el mundo; si de verdad viviéramos un choque de civilizaciones, tendríamos un 11-S cada martes). Y más aún que un musulmán se ponga una túnica para atentar. Pero lo cierto es que el miedo es libre, y que, si uno se sienta al lado de un judío ortodoxo o de un cura, no piensa lo mismo que si su compañero de asiento es un musulmán.
¿Injusto? Totalmente. ¿Inevitable? Posiblemente. Pero también es cierto que, por más occidentales que los integristas hayan asesinado, sus principales víctimas han sido, son y serán musulmanes que no son ‘suficientemente’ piadosos. Por eso considero muy significativo el hecho de que Williams haya sido defendido por musulmanes: muchos de ellos saben que quienes van a sufrir en mayor grado con los integristas son ellos mismos.
Al final, lo que está siempre es la corrección política, como ha declarado Zuhdi Jasser, el Foro Islámico Americano para la Democracia. Williams fue despedido por decir lo que pensaba. No deja de ser paradójico que su intervención se produjera, precisamente, en un debate acerca de la corrección política.
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