Climate Change Disagreements and Predictions

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En la reunión en Tianjin, China, en octubre pasado, a la cual nos referimos en anterior entrega, la última reunión formal antes de la conferencia en Cancún, (COP 16 de Naciones Unidas), la observación ecléctica de los medios especializados se sorprendió al encontrar a muchos de los delegados asistentes, aun pendientes de asuntos que de una u otra forma se consideraba que ya constituían de por sí, los primeros pasos inscritos en el parco Acuerdo de Copenhagen de finales de 2009.

Por ejemplo, temas como la asistencia financiera al corto plazo a países vulnerables frente al cambio climático, o el monitoreo de las emisiones generadas por las grandes economías, parecen hoy, a criterio de expertos que han seguido de cerca las secuelas de Copenhagen 2009, (COP 15 de Naciones Unidas), más alejados en su cumplimiento que lo aparentaban al final del evento.

Así, los signatarios por los países “ricos” se empeñaron en aquel entonces, en levantar unos $100 millardos a lo largo de la próxima década, como asistencia al mundo “en desarrollo” amenazado por los trastornos climáticos, asignando además como “fondos de pronto arranque” disponibles alrededor del año 2012, $30 millardos de tal paquete. Pero, no obstante que esos fondos apenas han empezado a fluir, muchos de esos países “potenciales víctimas del clima”, están ahora en la puja hacia los “ricos” buscando incrementos en los paquetes… o sea, siguen ciertas incoherencias, el caminar dentro del perenne desacuerdo.

Esta situación puede resumirse así: países de las grandes economías exigiendo a los emergentes grandes (China e India) el corte sensible y verificable de sus emisiones de carbono, mientras que los más pobres parecen exigir, tanto de los más ricos como de los grandotes emergentes, no sólo tomar en serio el problema de sus propias emisiones sino a la vez, que crezca la “generosa bolsa dineraria”. Situación peculiar que nos lleva hacia la reunión COP 16, en proceso durante la semana que corre.

Muy modesto es el ruido que a través de los medios de comunicación ha causado lo de Cancún. Talvez alguna efectiva estrategia de los organizadores, de consuno con el Gobierno mexicano. Digamos, por aquello de optar por la discreción responsable so pena de afrontar chascos como los experimentados con COP 15, en cuya ocasión se dio una cobertura como nunca antes vista para eventos de esa naturaleza.

De cualquier manera, es casi seguro que a fines de esta misma semana empezaremos a recibir noticias sobre ¿avances? y ¿logros? del evento en el Caribe mexicano. En cuanto a pronósticos, podemos quizá elucubrar partiendo de reflexiones vertidas previo a la reunión:

“En lo que estaremos esforzándonos de asegurar, es en que no debiéramos empezar a retroceder…” de Connie Hedegaard, ministra de Acción Climática de la Unión Europea. Ella sugiere un enfoque sobre tópicos menos contenciosos, como la preservación de las reservas forestales mundiales o la renovación de los compromisos voluntarios asumidos en el Acuerdo de Copenhagen, asegurando al menos algún grado de momento frente a la inercia.

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