Las causas del desastre del Golfo de México
Por Raúl Sohr / Domingo 9 de Enero de 2011
El estallido e incendio de una plataforma petrolera en el Golfo de México, ocasionó el mayor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos. El hecho que costó la vida de once trabajadores y un descomunal derrame de petróleo ocurrió el 20 de abril del año pasado. Ahora acaba de ser publicado en Estados Unidos un informe oficial sobre las causas de la tragedia. El dedo acusador apunta a la empresa British Petroleum (BP) y otras compañías que explotaban la plataforma Deepwater Horizon.
El informe de 48 páginas señala fallas “sistémicas” que volverán a ocurrir a menos que las empresas y el gobierno realicen importantes cambios. En el informe comisionado por el Presidente Barack Obama se lee: “Muchas de las decisiones adoptadas por BP, Halliburton y Transocean significaron aumentos de los riesgos de un derrame en el pozo de Macondo pero les reportaban importantes ahorros de tiempo y dinero”.
Una forma de aumentar el lucro es reducir costos. Ello se logra mejorando los procesos productivos lo que a veces implica, contrariando la seguridad, simplificar ciertos controles y procedimientos. En muchos casos conlleva reducciones de personal. En 2009 BP logró ahorros a nivel mundial por cuatro mil millones de dólares. En materia de personal los recortes fueron profundos: de 92.000 empleados en 2008 pasó 80.300 en 2009.
El informe puntualiza que “BP no contaba con controles adecuados in situ para asegurar que decisiones claves, en los meses previos al derrame, eran seguras y sólidas desde la perspectiva de la ingeniería”. Pero apenas un año antes de la explosión Andy Inglis, jefe de exploración y producción de BP, se jactaba: “Nosotros no hacemos las cosas simples…estamos preparados para trabajar al límite y administrar los riesgos”. Incluso tras el desastre BP mantuvo el tono soberbio y señaló que: “La posición actual es la misma que la estrategia actualizada del año pasado. Estamos comprometidos en tres áreas centrales que son: extraer petróleo de aguas profundas, gas no convencional y mejorar la recuperación en los mega yacimientos. El mundo necesita petróleo para satisfacer la creciente demanda y una postura de evitar todo riesgo sólo aumentaría los precios”.
A las grandes empresas les encanta presentarse como las defensoras del bien común. Nada tan pedestre como el afán de lucro. Sus motivaciones declaradas suelen ser la creación de empleos o, como en este caso, satisfacer la demanda al más bajo precio. El caso de BP es emblemático del modelo de negocios dominante en numerosas industrias. Las empresas petroleras operan en tales magnitudes y volúmenes que de pronto el entorno natural les parece un factor secundario. Los ingenieros, imbuidos de un particular sentido de omnipotencia suelen creer que toda dificultad es calculable y superable por la vía de la tecnología. La experiencia muestra, una y otra vez, que semejante creencia es una mera expresión de deseo. Trátese de Exxon, Shell o Chevron por nombrar las petroleras más conocidas, cada una tiene un prontuario de desastres.
Desde una mirada estratégica, la causa del accidente descansa en la creciente demanda mundial del crudo. Este es el motor que empuja a las empresas a aumentar los riesgos. La demanda petrolera en Estados Unidos ha aumentado desde 1971, en 35 por ciento mientras la producción doméstica ha caído en 30 por ciento. Consecuencia: las importaciones se han duplicado para cubrir dos tercios de la demanda. Estados Unidos con un cuarto de la población de China consume el doble que dicho país. Las previsiones para 2025, a condiciones iguales, apuntan a que la demanda aumentará en 50 por ciento. Eso significa que crecerá la dependencia del crudo proveniente del Medio Oriente, el Cáucaso, África y América Latina. Y con ello aumentarán las presiones políticas y también los conflictos en estas regiones.
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.