El trágico suceso de Arizona parece haber provocado una catarsis en los distintos estamentos de la sociedad americana. Por ello se aplican a moderar, por un tiempo al menos, la agresiva campaña que desde el bando republicano, especialmente desde el Tea Party y sus medios, se ha venido haciendo contra la Administración de Obama. Es decir, ahora toca moderarse para que no se les señale y la situación vuelva a la normalidad lo antes posible y ya más adelante seguir con esa estrategia que da tan buenos resultados electorales. No sea que a alguien se le ocurra ver ese desgraciado suceso como consecuencia, en parte, de un modelo de acción política basado en la crispación, el insulto y la descalificación del contrario.
Pero todo esto me traslada a la realidad política española y en la que veo muchos paralelismos, aunque por suerte aquí no se venden las armas en los supermercados. Si creen que exagero, hagan un repaso por determinados medios de radio, prensa y televisión. En las ondas y papeles que consideramos de derechas (irían desde el centro, que dice el PP que ocupan ellos, hasta la extrema derecha) se reparte gratis total odio, desprecio e insultos, envueltos en papel patriótico y, en algunos casos, de ética cristiana.
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