U.S. and China: A Summit That Left Everyone Happy

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EEUU-China: una cumbre que dejó a todos contentos

La visita de Estado de Hu Jintao a Washington no produjo ningún acuerdo histórico entre los dos países que están llamados a gobernar el destino del orden mundial en las próximas décadas. Sin embargo, ambas partes pueden darse por satisfechas pues, al menos, consiguieron los propósitos de política interna que buscaban.

A pesar de jugar “fuera de casa”, el líder chino se presentaba a la cumbre desde una posición de fortaleza. Gracias a un paquete de estímulo de proporciones masivas, China ha conseguido esquivar la crisis económica que ha multiplicado las tasas de paro de los países más desarrollados y, de momento, está consiguiendo que su ascenso no provoque desequilibrios tan fuertes que alteren el orden social.

Por tanto, el objetivo de Hu Jintao era simplemente no ceder a las presiones estadounidenses más allá de lo que los intereses nacionales chinos aconsejen. Con su relevo previsto para 2012, el presidente pretende que en su legado figure el reconocimiento por parte de Washington del papel de gran potencia que juega China. De ahí que no se cansará de repetir que “el respeto mutuo” debe ser la base de sus relaciones.

Obama, por su parte, tenía dos objetivos: arrancar concesiones en el ámbito comercial y de seguridad, y exhibir públicamente firmeza en la defensa de los intereses y valores de EEUU. A falta de comprobar si las buenas palabras de Hu Jintao se traducen en un cambio en sus políticas monetaria y comercial, el primer propósito lo consiguió a medias.

Según informa The New York Times, la petición de Corea del Norte de retomar las negociaciones es fruto de las presiones chinas después de que Obama advirtiera a Hu Jintao en una cena privada el pasado martes de que enviaría nuevas tropas a la región si no ataba en corto a su aliado norcoreano. Pekín habría actuado de inmediato pues quiere al ejército estadounidense cuanto más lejos de sus costas mejor.

En cambio, el segundo objetivo lo consiguió con creces. Criticado a menudo por mostrar una actitud en exceso deferente ante los autócratas, Obama se permitió aleccionar a su huésped en público por primera vez y en repetidas ocasiones sobre la necesidad de respetar los derechos humanos, una actitud que causa un verdadero escozor entre los líderes comunistas chinos.

Obviamente, una prensa amordazada como la china ignoró los comentarios de Obama sobre los derechos humanos, así como también la sorprendente respuesta de Hu Jintao en la rueda de prensa conjunta. “China siempre ha estado comprometida con el respeto y promoción de los derechos humanos … Se ha reconocido ampliamente los progresos que hemos hecho, pero aún falta por hacer”, dijo el líder comunista ante la mirada atónita de muchos de los asistentes.

Así pues, la cumbre dejó a todos contentos, excepto a los centenares de activistas tibetanos y uigures que se congregaron delante de la Casa Blanca para protestar. Habrá esperar unos meses para saber si la reunión sirvió realmente para calmar las crecientes tensiones entre ambos países y mejorar su entendimiento, o sólo para hacerse unas cuántas “fotos de familia”.

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