Study, Research, Innovate, Invent

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El discurso del estado de la Unión se centró en los dos asuntos dominantes, enseñanza e innovación.

No conviene perder de vista a Estados Unidos en medio de las protestas árabes. Queremos volver hoy sobre el discurso de Barack Obama sobre el estado de la Unión: en la defensa de la educación y el estudio está la única salida posible de Túnez, Egipto, Yemen y los demás. Hablamos, claro, de salida hacia delante.

El 25 enero Obama remachaba ese clavo. Se puede creer que Obama es un gran líder o que sólo es un improvisador de buenos discursos, como sostiene el Tea Party. El hecho es que, si se lee despacio su intervención ante el Congreso, es ese verbo en sus distintas acepciones, estudiar, innovar, inventar, el argumento central.

En tiempo de George F. Kennan, hace 60 años, el problema era Rusia: hoy lo es China, una sociedad que se transforma con gran rapidez y mayor prudencia, en la que sus 1.340 millones de habitantes incluyen más de 100 millones de ciudadanos de alta formación. Kennan defendía la verdadera superioridad americana, las patentes. Pero China, como antes Rusia, arrastra un lastre, los obstáculos a la libertad de investigación o simplemente a la libertad.

Lo que está en juego, afirmaba Obama el 25 de enero, no es quién va a ganar las próximas elecciones en Estados Unidos. Lo que se juega es si Estados Unidos mantendrá su liderazgo. Y eso no se conseguirá sin nuevas industrias y empleos. China e India educan hoy a sus estudiantes exigiendo más en matemáticas y ciencias. China ha puesto en marcha la mayor planta de investigación solar del mundo.

Pero Estados Unidos sigue siendo hoy el país con mayor número de patentes. Entre las mejores 500 universidades del mundo, casi 200 son norteamericanas, con el número más alto de estudiantes extranjeros. La primera condición que plantea Obama, como casi todos los presidentes desde 1933, es el fomento de la innovación. «Innovar más, educar mejor y construir más que el resto del mundo». El sistema de libre empresa, recuerda Obama, es el que impulsa la innovación. El gobierno invertirá en investigación básica, no directamente productiva. Pero la investigación sobre minerales raros en el centro de África, desde Congo hasta Ciudad del Cabo, puede dar, además, mucho dinero a largo plazo. Hay que recordar hoy cómo se plantaron en el Pentágono las semillas de Internet.

Barack Obama ha explicado al mundo que Estados Unidos dará prioridad a la investigación biomédica, informática y de tecnología de energías limpias. Esto desafía a las compañías petroleras y del carbón: ni Obama ni las petroleras saldrán vencedoras de este choque. Pero una salva de aplausos llenó la Cámara cuando el presidente se refirió al enfrentamiento entre las grandes compañías petroleras y la Casa Blanca. Aplaudían los dos partidos, demócrata y republicano. Atención.

No hay espacio para hablar aquí de Afganistán, de la reducción de armas nucleares del New Start, o de la batalla de la Reforma Sanitaria. Pero los puntos centrales están claros: innovar y enseñar. Relean la parte del discurso dedicado a la enseñanza: 100.000 nuevos profesores en los campos de ingeniería, tecnología, ciencias y matemáticas. Este es el debate, en Estados Unidos y en Egipto.

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