Huffington, the Grand Captainess

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Arianna Huffington creó en 2005, junto a Keneth Lerer, The Huffington Post, que ayer fue adquirido por poco más de 230 millones de euros por America On Line (AOL), la gigantesca empresa de servicios y contenidos en Internet. La web informativa supo combinar lo mejor del periodismo tradicional (rigor, afán de verdad, vocación por contrastar cada noticia) con las nuevas oportunidades que brinda la red, como la de formar una comunidad de fieles internautas y la de conectar a sus usuarios con los mejores sitios. La idea: crear una atmósfera civilizada (no se aceptan ataques personales) para propiciar debates a fondo. Gracias a su larga experiencia en ámbitos tan distintos como la política, la cultura o el periodismo, Arianna Huffington convenció a prestigiosos representantes de todos esos mundos para que publicaran en su medio sus blogs (empezó con 500 y ahora son 6.000), con lo que pudo ofrecer las reflexiones de verdaderos expertos en sus respectivas materias. Y formó un equipo pequeño para producir noticias propias (donde importa más contar historias que dar cifras) y para seleccionar las de otros medios que se ajustaran a su manera de ver las cosas.

El resultado de la experiencia: una audiencia media de 25 millones de usuarios al mes y el tercer puesto entre los sitios de información más seguidos del mundo (el primero es The New York Times). Tras la compra, Arianna Huffington se convertirá en la jefa de una nueva empresa, The Huffington Post Media Group, que ofrecerá los contenidos de su página web y los de los distintos sitios de AOL con lo que podrá alcanzar unos 117 millones de usuarios en Estados Unidos y 270 en todo el mundo.

Son este tipo de números los que han gustado siempre a AOL. Empezó como una empresa de videojuegos, se convirtió en proveedora de acceso a Internet y en 2000 compró Time Warner. El matrimonio no funcionó y rompieron en 2009. Parte de la estrategia de AOL para recuperar su viejo esplendor pasa ahora por el fichaje de Arianna Huffington. Será la gran capitana del nuevo reto y ya ha dicho que el destino al que se dirige es el mismo: esa sabia mezcla de rigor tradicional con nuevas tecnologías. Ojalá que las cifras no la emborrachen.

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