Two Years in Office: Obama, Fiasco President (Part II)

Edited by Alex Brewer

Two Years in Office: Obama, Fiasco President (Part I)

Two Years in Office: Obama, Fiasco President (Part III)

Two Years in Office: Obama, Fiasco President (Part IV-Final)

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Robert M. Gates: de boy scout a jefe del Pentágono

A los 18 años, en 1961, Gates fue distinguido con el premio Águila Scout por los Boy Scouts of América (BSA). En el Colegio William & Mary, fue un miembro activo y presidente de la fraternidad Phi Alpha Omega y del grupo de jóvenes republicanos. Allí se graduó en 1965 en la licenciatura de Filosofía y Letras. Hizo una maestría en Historia en la Universidad de Indiana en 1966 y fue reclutado por la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency – CIA) en el mismo año.

Con el rango de segundo teniente de la Fuerza Aérea de Estados Unidos intervino en la guerra de Vietnam durante 1967-1969 en el Comando Aéreo Estratégico de Inteligencia en la Base Aérea de Missouri. En 1969 retornó a la CIA. En 1974 obtuvo un doctorado en Historia Rusa y soviética en la Universidad de Georgetown y dejó la CIA para integrarse al Consejo de Seguridad Nacional (National Security Council –NSC) donde actuó hasta 1979.

En 1979 (gobierno Carter) retornó a la CIA, sirviendo brevemente como Director del Centro de Evaluación Estratégica. En 1981 (gobierno Reagan) fue nombrado Director ejecutivo de personal, y en 1982 vice-director de la CIA. En diciembre de 1984, como vice-director de la CIA, Gates, en base a opiniones alarmistas, defendió en un memorando secreto al entonces director de la CIA William Casey, que Estados Unidos debería iniciar una campaña de bombardeos contra Nicaragua, y hacer todo lo que estuviera a su alcance para realizar una invasión militar directa al país y derrocar al gobierno sandinista. El hecho indica que Gates siempre adhirió a una ideología guerrerista, con una total falta de respeto al derecho internacional.

El presidente R. Reagan lo nombró Director adjunto de la Central de Inteligencia a partir de abril de 1986. Gates también fue propuesto por R. Reagan para Director de la Central de Inteligencia (jefe máximo de la CIA) en comienzos de 1987. Y actuó como director de la central de inteligencia en funciones durante 5 meses (de enero a mayo del 1987). Pero se retiró su nombre luego que quedó claro que el Senado iba a rechazar su candidatura, por su turbia intervención en la operación Irán-Contra /17. Igual se mantuvo en la CIA hasta 1989.

Fue asesor del presidente Bush senior y vice-Consejero de Seguridad Nacional en el período de agosto de 1989 hasta noviembre de 1991.

Cuando en 1991, el entonces presidente George Bush senior volvió a proponer a Robert Gates para que fuera el nuevo director de la CIA, un comité del Senado que lo interpeló durante un mes sacó a la luz, algunos recuerdos y menciones del escándalo Irán-Contra que estalló a fines de los años ochenta. El New York Times informó que: “Mr. Gates ha hecho lo posible por disipar las dudas que lo obligaron a retirarse cuando fue propuesto por primera vez en 1987. Ha parecido arrepentido y de mente abierta y cita su amplia experiencia y visión futura. Pero los senadores deberían tener en cuenta (…) si su desempeño en el pasado justifica tenerle confianza….” y además indicó: “David Boren, presidente del comité (del Senado), elogia a Mr. Gates por su franqueza. Pero pasa por alto las ocasiones en las que Mr. Gates ayudó a tergiversar evaluaciones de inteligencia y se mostró evidentemente ciego ante la ilegalidad. La ilegalidad concierne al escándalo Irán-Contra. Mr. Gates afirma que estuvo fuera de dicha operación en cuanto a decisiones. Y defiende su pretendida ignorancia sobre la base de la negación de que estaba protegiendo a la CIA de ser involucrada. Esas afirmaciones son inverosímiles.”

El artículo del NYT explica además: “El testimonio de otros (implicados) ubica a Mr. Gates, en por lo menos dos ocasiones, directamente en el centro de las decisiones. Supervisó la preparación del engañoso testimonio del director [de la CIA] William Casey ante el Congreso sobre el escándalo (Irán-Contra). Y el analista de la CIA, Charles Allen, dice que él informó a Mr. Gates, antes de que salieran a la luz, de tres detalles inolvidables: La participación de Oliver North, (condenado en el escándalo Irán-Contra) el encarecimiento de los precios de armas vendidas en secreto a Irán, y el desvío de los ingresos a un fondo para operaciones clandestinas (destinado a financiar un levantamiento de mercenarios denominado Contra en Nicaragua). En un desliz contundente de su supuesta formidable memoria, Mr. Gates no pudo recordar los detalles cuando el Congreso le preguntó dos meses después.” /18

Respecto a la “tergiversación de evaluaciones de inteligencia” que menciona el artículo del NYT, se refiere a la denuncia de Melvin Goodman /19 a los senadores, afirmando que Gates había ayudado a manipular la inteligencia para adaptarse a la perspectiva de línea dura propuesta por los funcionarios de la administración Reagan, en particular tratando de vincular la Unión Soviética con los actos de terrorismo, incluido el intento de asesinato al Papa Juan Pablo II en 1981.

Su forma de manipular la información se deduce también de sus estimaciones erróneas sobre las fuerzas militares de la URSS y la situación en la Unión Soviética poco antes y luego de su implosión. Como vicedirector y director de inteligencia de Estados Unidos no tuvo la facultad de medir con precisión la caída y desintegración de la Unión Soviética. El propio Bob Gates reconoce que la CIA “no tenía ni idea en enero de 1989 que uno de los maremotos de la historia estaba a punto de arrollarnos” /20 describiendo el hecho como un problema de la Agencia y olvidándose que él había sido durante años jefe de los analistas especializados en la Unión Soviética. El doctorado en Historia Rusa y soviética en la Universidad de Georgetown que lo catapultó como máximo especialista de la CIA en el tema, resultó un verdadero chasco. “Mientras la Unión Soviética se desvanecía, la CIA “informaba constantemente que la economía soviética crecía (…) Solían tomar simplemente lo que anunciaban oficialmente los soviéticos, le descontaban un pequeño porcentaje y lo publicaban” /21

A pesar de todo lo que salió a luz, el comité del Senado aprobó su nombramiento y Gates ocupó el cargo de director de la CIA a partir de noviembre de 1991. Completando 26 años al servicio de la CIA en enero de 1993 cuando se fue definitivamente de la Agencia.

Después de salir de la CIA en 1993, Gates trabajó como académico y conferencista (sí, aunque Ud. no lo crea). De 1999 a 2001 Gates fue Decano interino de la Escuela de Gobierno y Administración Publica George Bush en la Universidad Texas A & M. A partir de agosto de 2002, se tornó presidente de la Universidad Texas A & M.

Entre 1993 y 2006 Gates integró el consejo de fideicomiso de la Fidelity Investments y participó en el Consejo de administración de varias corporaciones. En enero de 2004, Gates co-presidió un equipo de trabajo en el Council on Foreign Relations sobre las relaciones Irán-Estados Unidos.

El 18 de diciembre de 2006 Gates fue nombrado por el presidente Bush junior, secretario de Defensa de Estados Unidos (y por tanto jefe del Pentágono) en sustitución de Donald Rumsfeld. Asumía cuando el país estaba embarcado en dos guerras declaradas y unas cuantas decenas de conflictos militares encubiertos. Sus más de dos décadas y media de actividad en la CIA lo acostumbraron a conducir la política exterior de Estados Unidos quebrantando de forma sistemática las leyes de los demás países. Por sus antecedentes en ineptitud, engaño e ilegalidad estaba a la altura de su antecesor.

Robert Gates y las industrias de guerra

Cuando accedió a secretario de Defensa, los principales intereses privados de Gates estaban repartidos en tres empresas (en las que participó en la dirección entre 1993 y 2006) que abarcan actividades indispensables para la orientación de la guerra preventiva global del imperio.

La Parker Drilling Company, donde ejerció de ejecutivo, es una empresa con sede en Houston, Texas que proporciona servicios de perforación en tierra y mar para la industria petrolera. Asimismo, provee plataformas de perforación, gestiona proyectos y arrienda herramientas para la industria energética. La empresa cuenta con una flota de 28 equipos para perforación terrestre en 9 países, y 17 plataformas de perforación presentes en el Mar Caspio, México y el Golfo de México. Según su reporte anual, la compañía registró un ingreso total aproximado de 752 millones de dólares en 2009.

Las otras dos: VoteHere y Science Applications International Corporation (SAIC), son dos empresas relacionadas que tienen directivos en común. Además de Bob Gates, el ex-presidente, director de operaciones y vicepresidente de SAIC, el almirante Bill Owens, pasó luego a Presidente de la Junta de VoteHere. Owens también se desempeñó como Vice Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y fue un militar de alto nivel como asistente de los secretarios de Defensa Frank Carlucci y Dick Cheney.

SAIC tiene 46.000 empleados en 150 ciudades en todo el mundo y declaró en 2009 ingresos por US$ 10.070 millones. Trabaja intensamente con el Departamento de Defensa (DoD), el Departamento Federal de Seguridad Nacional y la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos, incluida la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y otros organismos federales y estaduales. La compañía ha tenido como parte de su gestión, y en su Consejo de Administración, muchos personajes gubernamentales conocidos, incluyendo Melvin Laird Secretario de Defensa en el gobierno de Nixon, William Perry, secretario de Defensa de Bill Clinton, John M. Deutch, el director de la CIA del presidente Clinton, el almirante Bobby Ray Inman , quien sirvió en varios cargos en la NSA y la CIA para los presidentes Ford, Carter y Reagan, y David Kay, que dirigió la “búsqueda de armas de destrucción masiva” para las Naciones Unidas después de la guerra del Golfo de 1991 y en la Administración Bush tras la invasión de Irak en 2003. Con estos compinches Bob Gates no desentona.

VoteHere desplazó a Diebold Election System’s a partir de una auditoría encargada por el gobernador Robert L. Ehrlich Jr. de Maryland a Science Applications International Corporation (SAIC) para revisar el desempeño de Diebold en las elecciones de 2000 en Maryland. La fraudulenta elección de Bush junior en 2000, demostró la importancia del control del conteo de los votos en Estados Unidos. VoteHere surgió como una iniciativa de personajes relacionados con las agencias federales de seguridad, en particular con la CIA y el Pentágono, para intervenir en las decisiones electorales.

SAIC obtuvo en 2003 el contrato para ayudar a otras corporaciones, incluyendo Northrop Grumman, en la formación del Ejército iraquí. Y eso a pesar del pasado poco fiable de SAIC y sus vertederos de desechos radioactivos. En 1990, SAIC fue acusado por el Departamento de Justicia de diez cargos criminales por fraude en la gestión de la limpieza de un lugar tóxico Superfund (SAIC se declaró culpable). “En 1992 SAIC fue acusado de fabricar pruebas ambientales de los vertederos de residuos tóxicos. En 1993, el Departamento de Justicia demandó a SAIC, acusándolo de fraude civil en un contrato ilegal con cazas F15. En noviembre 2002 Associated Press informó que ” trabajadores de la Yucca Mountain Project gestionado por SAIC y Bechtel (sí, la misma de la guerra del agua de Cochabamba) dijeron que hubo fallas en los procesos científicos utilizados para determinar si el sitio es adecuado para la eliminación de residuos nucleares”

SAIC es un gigante contratista de defensa militar que el conocido boletín Crypt, editado por George Smith describe como: “La sombra de la clase gobernante en el Pentágono” /22 y VoteHere es una empresa, que aspira controlar la criptografía y el software de seguridad para la industria de las elecciones electrónicas. También ha desarrollado programas para la vigilancia sobre la población civil de Estados Unidos. Una combinación perfecta para dar continuidad a la fiesta de la industria armamentista. En esas empresas Bob Gates desarrolló sus intereses privados.

Nadie previó que Barack Obama recibiría de Bush junior la herencia de esta alimaña armamentista como secretario de Defensa y lo mantendría hasta el presente.

Otros “pacifistas” de Obama

Para acompañar a Bob Gates en la gestión Obama nombró como subsecretario de Defensa a William Lynn que fue Director Financiero del Departamento de Defensa en el gobierno Clinton y luego vicepresidente de la gigante armamentista Raytheon, y lobbysta de esa corporación en el Congreso hasta julio de 2008. Y también como subsecretario de defensa (contralor) Obama nombró a Robert Hale que fue secretario auxiliar de la Fuerza Aérea en el papel de interventor financiero entre 1994 y 2001. Bajo la mirada atenta de Lynn y Hale, en los ejercicios fiscales de 1999 y 2000 el Departamento de Defensa reportó la desaparición de US$ 3,4 billones (millones de millones) Y hasta ahora no hubo investigación sobre ese saqueo histórico. Oportunamente el 10 de setiembre de 2001 Donald Rumsfeld anunció en una rueda de prensa que faltaban en el Pentágono los 3,4 billones de dólares, pero que no habría investigación y no detendrían a nadie como responsable. Al día siguiente a partir de las 08hs.46’.30’’ cuando el vuelo 11 de American Airlines se incrusta en la Torre Norte del World Trade Center, el desfalco en el Pentágono dejó de ser noticia /23.

Para dirigir la Inteligencia Nacional que supervisa a las agencias de inteligencia (incluida la CIA) Obama nombró al almirante Dennis Blair, otro representante de la industria armamentista. Blair estuvo en el directorio de Earl Dodge Osborne Corporation (EDO), un subcontratista para el programa del nuevo avión de combate F-22 Raptor; actuó en la directiva de Tyco International, que fabrica pequeños componentes electrónicos del F-22 y de Tridium, compañía de satélites. Y como director de la Agencia de Seguridad Nacional al general de cuatro estrellas James L. Jones, que hasta enero de 2009 fue consultor de Cross Match Technologies (compañía biométrica que trabaja para el Pentágono) miembro de la junta directiva de MIC Industries (construcción de instalaciones militares en Irak y Afganistán) y antes ejecutivo de Chevron, Boeing e Invacare Corp (equipamiento médico militar).

Obama conservó la legislación represiva de Bush

Apenas 45 días después (26 de octubre del 2001) de los ataques del 11 de septiembre, sin ningún debate, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Patriota o ‘US-PATRIOT Act’ [“Uniting and Strengthening by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism” – “Uniendo y fortaleciendo Estados Unidos por medio de proveer las apropiadas herramientas para interceptar y obstruir el terrorismo”]

Adoptada a título provisorio, este dispositivo de excepción expiraba el 31 de diciembre de 2005, pero fue prolongado por la Cámara de Representantes y se perenniza. De las dieciséis disposiciones de la Ley Patriota, asegurando un control generalizado de las poblaciones, catorce han sido convertidas en permanentes. Bajo el gobierno Obama lo central de la Ley US-Patriot continúa vigente.

Muchas secciones de esta extensa legislación quitan el control judicial sobre la ejecución de la ley y lesionan los propios derechos y libertades que garantiza la Constitución estadounidense. Según los estudios de instituciones independientes /24, bajo la Patriot Act y disposiciones complementarias el gobierno puede:

Registrar su casa en un allanamiento secreto y ni siquiera decírselo. Quitarle su propiedad sin ninguna audiencia. Recopilar información sobre los libros que Ud. lee, lo que estudia, sus compras, su historial médico, y sus finanzas. Revisar su correo electrónico y mirar cuales sitios de Internet Ud. visita. Espiar a los estadounidenses inocentes. Interceptar su línea de teléfono bajo una orden que ni siquiera tiene su nombre. Autoriza que el FBI observe y vigile grupos religiosos y políticos sin prueba de lo que han hecho

Poner a los inmigrantes, cualquier extranjero o cualquier persona que nunca haya cometido un crimen en la cárcel indefinidamente. Se trata de una anulación directa del habeas corpus. Establece que una persona puede ser juzgada por un tribunal militar, a la discreción del presidente, si no es ciudadano. El presidente de Estados Unidos tiene la posibilitad de calificar de combatiente enemigo (“Enemy Combatant”) a todo ciudadano estadounidense o a todo nacional de un país con el cual Estados Unidos no está en guerra. Clasificar sin fundamento como “terrorista” cualquier persona u organización. Amplía la definición de “actividad terrorista” hasta el punto de incluir en la misma actividades no violentas opuestas a la política exterior estadounidense. Ambas disposiciones tienen vigencia planetaria.

Los contenidos de la ley pueden ser aplicados retroactivamente (esta es una violación específica del artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de ONU).

La ley es un ataque directo contra derechos fundamentales como el derecho a la privacidad y a la libertad de expresión. Se legaliza pues la práctica de la detención administrativa con desconocimiento del hábeas corpus y la puesta en práctica de la persecución política a los opositores y criterios racistas y xenófobos en la detención de personas supuestamente vinculadas a organizaciones que arbitrariamente se definen como “terroristas”.

Guantánamo, postergación indefinida

Uno de los fiascos más reveladores del gobierno Obama fue su falsa promesa electoral de desmantelar el campo de concentración de Guantánamo. A mediados de noviembre de 2010 el Washington Post informó que el gobierno de Obama había abandonado de hecho los planes de cerrar la cárcel de Guantánamo. Funcionarios del gobierno culparon al Congreso por no votar el financiamiento para cerrar el Auschwitz del Pentágono y transferir los detenidos a Estados Unidos /25.

Del total de 779 prisioneros que tenía Guantánamo a finales de 2008, 749 habían sido detenidos sin ninguna clase de garantías legales durante los dos primeros años y la cifra final se completó con los vuelos desde las prisiones secretas durante 2007 y 2008; vía el campo de concentración de la Base Aérea de Bagram en Afganistán. De esos centenares sólo alrededor del 5% quizá habrían tenido que ver con la desaparecida al-Qaeda, entelequia que hoy se sigue utilizando como enemigo en el sainete de la guerra global contra el terrorismo.

En mayo de 2010, un grupo de fiscales, analistas de inteligencia, agentes de seguridad y otros similares funcionarios gubernamentales, publicó el informe sobre la situación en Guantánamo, encomendado por el presidente Obama /26. Dicho estudio no encaró el estatuto de los 181 prisioneros -a esa fecha- de la prisión, respetando la propia legalidad estadounidense que obligaría a procesarlos en tribunales federales. Tampoco lo hizo tomando en cuenta el derecho internacional. Estados Unidos viola, sistemáticamente las disposiciones de la Convención de Ginebra con relación al trato que se debe otorgar a los prisioneros de guerra. Quien dice esto no es ningún dictador de los países del “eje del mal”, es el ex-presidente Jimmy Carter.

A los prisioneros de Guantánamo, Estados Unidos no quiere aplicar la legalidad nacional o internacional vigente porque en general o fueron secuestrados en diversos países o comprados como “terroristas” a aliados militares de Estados Unidos en busca de recompensas (cómplices pakistaníes, afganos, iraquíes, yemenitas, etc.), trasladados ilegalmente, arrancadas sus confesiones bajo tortura y acusados con pruebas o testimonios falsos. Andy Worthington, al presentar -en Londres, en enero de 2010 /27- el estudio más completo sobre los presos de Guantánamo, basado en los archivos del Pentágono, entrevistas a los liberados y otras variadas fuentes, afirmó:

“Es mi esperanza que este proyecto fornecerá una herramienta inestimable de la investigación para aquellos que tratan de comprender como ocurrió que el gobierno de Estados Unidos le dio la espalda a la ley domestica e internacional estableciendo la tortura como política oficial de Estados Unidos y deteniendo personas sin pruebas, sin otorgarles el estatuto de prisioneros de guerra protegidos por las convenciones de Ginebra, sino como ‘combatientes enemigos ilegales’. Y como ese gobierno estableció una prisión en que la mayoría de los detenidos –por lo menos el 93% del total de los 779 hombres y niños encarcelados- eran personas completamente inocentes, aprendidas como consecuencia de inteligencia dudosa o vendidos con el objetivo de recibir recompensa, o soldados de infantería del Talibán, reclutados para luchar una guerra civil inter-musulmana que comenzó mucho antes de los (dudosos) ataques del 11 09 2001 y que no tenían nada que ver con al-Qaeda, Osama Bin Laden o el terrorismo internacional”

En la actualidad –luego de más de ocho años de infamia en Guantánamo Bay con tanta responsabilidad de Bush como de Obama- de los 177 prisioneros que restan, alrededor de 130 pueden esperar algún juicio amañado por comisiones militares y 47 serán detenidos indefinidamente sin posibilidad de juicio.

Mientras tanto, bajo Obama, las Fuerzas de Reacción Inmediata (IRF) en la base Delta de Guantánamo permanecen muy activas. Las IRF son en el papel un grupo de cinco oficiales de policía militar que están en alerta constante para responder emergencias. En especial para actuar con violencia y dominar con crueldad cualquier resistencia de los detenidos. En realidad son un pelotón extrajudicial de terror. Son equipos encargados de brutalizar el trato a los prisioneros /28.

Y la situación aún es peor en las prisiones secretas que Estados Unidos mantiene en zonas de guerra o que transfirió a las autoridades de gobiernos fantoche como en Irak y Afganistán. Así como en las cárceles que subcontrata en países satélites bajo gobiernos dictatoriales.

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