Calderon’s Washington Agenda

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Esta semana será la quinta ocasión que los presidentes de México y Estados Unidos, Felipe Calderón y Barack Obama, se encontrarán cara a cara desde que están al frente del poder ejecutivo de dos naciones condenadas a entenderse por imperativos de historia, geografía, tiempo y circunstancia.

A diferencia de anteriores encuentros, en esta ocasión la entrevista que se celebrará en la Casa Blanca estará rodeada por una atmósfera menos complaciente que la que se dio en el pasado, cuando ambos mandatarios aún desconocían lo mucho que las circunstancias podían unirlos o separarlos en el marco de la encarnizada lucha contra los carteles de la droga, o las filtraciones de los cables de Wikileaks.

Cuando Felipe Calderón se reúna el miércoles 3 de marzo con el presidente Obama en la Casa Blanca y con el líder de la mayoría republicana en el Cámara de Representantes, John Boehner, la muerte del agente de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), Jaime Zapata, será un tema inevitable.

Sobre todo si se tienen en cuenta las gruesas diferencias que aún siguen revoloteando entre ambos gobiernos en el complicado asunto de la cooperación entre las agencias federales y la misión casi imposible que ha enfrentado la administración Obama para convencer al Congreso sobre la necesidad de regular y controlar la compra-venta y el tráfico de armas de grueso calibre que siguen concediendo un mortífero poder a los carteles de la droga.

Durante el encuentro, que ha sido incrustado en la agenda de la Casa Blanca el próximo 3 de marzo –para compartir espacio y protagonismo con la revolución sin fronteras que hoy sacude a países como Egipto, Barhein, Libia, Túnez o Yemen–, la necesidad de dejar atrás la trágica muerte del agente Jaime Zapata y los desencuentros que han atizado las indiscretas filtraciones de wikileaks entre ambos gobiernos, obligarán a ambos mandatarios a un cierre de filas.

Sobre todo si se tiene en cuenta que, los principales beneficiarios de un distanciamiento entre México y Estados Unidos, serían los carteles de la droga, esas entidades multinacionales que se han beneficiado durante mucho tiempo de los desencuentros entre ambas naciones.

Precisamente, de la amenaza que representan éstas organizaciones criminales transnacionales hablarán el lúnes 28 de febrero el zar antidrogas de Estados Unidos, Gil Krelikowske y el embajador de México en Washington, Arturo Sarhukán. Bajo el título “Seguridad, Drogas y Democracia en Latinoamérica”, ambos funcionarios debatirán en los recintos de la Universidad George Washington los riesgos que enfrentan no sólo los gobiernos de Barack Obama y Felipe Calderón frente al embate de los carteles de la droga, sino todas las naciones de la región.

En este encuentro participarán, además de Kerlikowske y Sarhukán, políticos y especialistas como John Bailey, profesor de la Universidad de Georgetown o Andrew Selee, director del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson.

El debate en la Universidad George Washington servirá así de preámbulo a la gira que iniciará el presidente de México, Felipe Calderón la noche del próximo miércoles 2 de marzo, cuando pondrá en marcha una ajetreada agenda de encuentros con representantes de medios de comunicación y líderes empresariales antes de reunirse el jueves 3 de marzo con el presidente Obama en la Casa Blanca.

Posteriormente, al término de éste encuentro, el presidente Calderón participará en un foro organizado por el Centro Woodrow Wilson y el Consejo de Las Américas para hablar de “La actual situación económica y política en México”. A la cita acudirán analistas, políticos, académicos y periodistas interesados en conocer de primera mano las impresiones de quien hoy se encuentra al frente de quienes han definido la cruzada de Felipe Calderón contra los carteles de la droga como “la lucha del Estado mexicano por su supervivencia”.

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