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Internacional

Visita al Viejo Continente

Estados Unidos mantiene lazos con países concretos y trata de evitar verse enredado en el caos comunitario

FLORENTINO PORTERO Día 24/05/20112 comentariosDecidimos que Obama era el primer presidente de Estados Unidos europeo. No era cuestión de discutir dónde había nacido sino de afirmar categóricamente que pensaba y actuaba como uno de nosotros. No sé si por estas u otras razones Obama es el primer presidente de Estados Unidos desde Franklin D. Roosevelt que no considera al Viejo Continente como la zona preferencial, el aliado por excelencia, el compañero inevitable. Su opinión sobre Europa es perfectamente descriptible y nada amable. Por estos lares se tardó en asumir la realidad, pero ya es un hecho reconocido.

Estados Unidos mantiene lazos con países concretos y trata de evitar verse enredado en el caos comunitario. Con cada estado de referencia mantiene una agenda, que puede o no tener puntos compartidos con otras. En un mundo globalizado todo nos afecta, por lo que cabe imaginar que con los tres grandes tratará un amplio número de temas, sin esperar reacciones en bloque. Los problemas económicos, la guerra de Afganistán, la crisis de Pakistán y las revueltas árabes estarán, sin lugar a dudas, entre los asuntos que requerirán mayor atención.

En un momento en el que los estados europeos renacionalizan sus políticas exteriores y de defensa a la vista del fracaso del Tratado de Lisboa, Estados Unidos se encuentra pasando por una etapa de despiste estratégico y falta de liderazgo. El último discurso del presidente de EE.UU. sobre Oriente Medio está tan lleno de lugares comunes y ambigüedades como falto de sustancia. Desde entonces ha tenido que rectificar, revisar, matizar… para acabar afirmando que en realidad quería decir lo mismo que sus predecesores.

Obama confía demasiado en la comunicación y olvida que en diplomacia la precisión es esencial. En este marco norteamericanos, británicos, franceses y alemanes negociarán acciones comunes, de las que cabe esperar muy poco. Sus líderes están más dispuestos a coordinar retiradas y a dejarse llevar por la corriente que a diseñar y aplicar una auténtica estrategia conjunta.

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