Clinton and Santos, Disguised as Redeemers!

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En la Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, que tuvo lugar entre los días 22 y 23 en Guatemala, los protagonistas fueron Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, y Juan Manuel Santos, actual presidente de Colombia. ¿Se trata de diseñar una estrategia de seguridad o se crean las condiciones para el incremento de la presencia militar yanqui y para legalizar determinadas formas de coerción de clase?

Hillary Clinton anuncia un incremento de 40 millones por año en “ayuda” yanqui para combatir la violencia. El ultraderechista colombiano Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, anuncia préstamos. ¿Qué parte de esos fondos irá a favorecer el incremento de la injerencia con Porfirio Lobo, en Honduras, como agente? En Centroamérica, la violencia ha convivido con la injerencia. Santos y Clinton fingen ignorarlo.

En Guatemala, un protegido del poder estadounidense, Efraín Ríos Montt, al inicio de la década de 1980 y siendo dictador militar, creó el grupo Patrulleros Civiles, PAC, responsable de muchas matanzas y origen de escuadrones de la muerte que hoy operan como pandillas. La influencia de Estados Unidos fue decisiva para mantener impunes los crímenes de Ríos Montt, Romeo Lucas García y figuras similares. La “democracia” orientada por Estados Unidos premió con pensiones del Estado a antiguos patrulleros y convirtió en legisladores a sus jefes, otorgando a Ríos Montt un visible protagonismo político.

Más al norte, en México, el grupo Los Zetas, dedicado al secuestro, al tráfico de drogas y al asesinato, es dirigido por ex oficiales entrenados en contrainsurgencia por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, la Sayeret Matkal israelí y la Gendarmería de Francia. ¡Vaya “regalo” de las grandes potencias!

Santos ofreció ayuda logística a los ejércitos de Centroamérica. ¡Un presidente ligado a los grupos paramilitares, a la matanza de civiles y a la agresión contra países vecinos!

La intervención se viste de ayuda, pero a los halcones se les ven las garras…