Guns and the Border

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PRESIDENTE BARACK OBAMA:

La ley debe ser como la muerte,

que no exceptúa a nadie

Barón de Montesquieu

El sábado 9 de enero pasado, el diario The New York Times publicó un editorial que por su importancia y apoyo a la causa mexicana contra el crimen reproduje aquí unos días después, algo que hoy repito parcialmente porque la causa se agravó y en su país persisten las mentes retorcidas para las que eso no importa. Dijo ese texto:

“En diciembre, la administración Obama emitió una nueva, y bienvenida, resolución para bloquear el torrente de armas ilegales que van a México y a las manos de los cárteles de las drogas.

“La Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego anunció una acción de emergencia para requerir a unos ocho mil vendedores de armas cercanos a la frontera a informar sobre adquisiciones múltiples, hechas por cualquier individuo, de rifles semiautomáticos de alto poder con cargadores desmontables.

“… La ATF pidió a la oficina de Administración y Presupuesto, responsable de poner en marcha el plan… el 5 de enero…, que llegó y se fue sin una decisión.

“La cifra criminal de la guerra de las drogas en México es asombrosa –más de 30 mil personas asesinadas hasta el año pasado–. El papel de las armas de procedencia estadunidense en esta carnicería es innegable. En los últimos cuatro años, el camino de más de 60 mil armas vinculadas a los crímenes en México ha comenzado en armerías estadunidenses. Unas tres cuartas partes de esas armas partieron de Texas, Arizona, Nuevo México y California, los cuatro estados incluidos en el plan de la ATF.

“… La Oficina del Presupuesto necesita aprobar la iniciativa de la ATF… No sólo en la frontera, sino dondequiera que se encuentren”.

Esto de los poderes fácticos es un mal que afecta a su país y a México, presidente Obama. Allá, uno de ellos se llama Asociación Nacional del Rifle y aquí su más cercano pariente se denomina narcotráfico… Allá, la ANR defiende el derecho de matar del narcotráfico mexicano, y aquí, este último adquiere su armamento para matar a socios fronterizos de esa agrupación. Esas fuerzas unieron sus intereses en enero y si no nulificaron el acuerdo de usted, referido por el NYT, al menos lograron diferirlo hasta el lunes pasado, 12 de julio, otro medio año…

En el ínterin México ha registrado la muerte de otras… 10 mil personas víctimas de la violencia del narco y de otras ramas del crimen organizado; ocurrió el crimen de un agente aduanal estadunidense que despertó preocupación en su país, sucedió la operación “Rápido y Furioso” que a usted le produjo enojo y vergüenza, y nos enteramos también de que el consumo de drogas sigue al alza en territorio estadunidense, situación que permite aplaudir alegremente a las leyes del mercado y demandar su más abierto y obligado respeto porque, además, supuestamente así lo exige también la Constitución de los Estados Unidos de América…

Lo peor de este problema, presidente Obama, es que la arrogancia del poder tan atacada por William Fulbright hace más de tres décadas persiste tan ominosa y peligrosa hoy como siempre en su país, presidente, a tal grado que manejan equivocadamente la guerra contra el narco en Latinoamérica sin percatarse de las diferencias que ésta presenta en cada uno de los países afectados, pero insisten en aplicar las mismas soluciones en todos los casos.

Los mexicanos le agradecemos, presidente Obama, su persistencia en la aplicación de esa norma, que es un arma de gran poder en la estrategia electoral republicana. Es increíble, pero también imposible, entender a sus contendientes políticos que se arriesgan a pronunciar las mayores aberraciones contra la lógica más elemental con tal de agradar a los oídos de la Asociación Nacional del Rifle y las grandes empresas fabricantes de las armas cuya venta ellos defienden, caiga quien caiga…, de uno y otro lado de la frontera, pero principalmente del nuestro.

Por qué no pregunta, públicamente, a sus contrincantes políticos, presidente, sobre sus intereses en defender, a partir de su defensa cerval de la venta y el tráfico de armamento estadunidense, los intereses del narcotráfico que viaja en sentido contrario a los arsenales comprados por los productores de esas drogas cuyo consumo prosigue al alza en casi todo el territorio que usted gobierna.

Porque si los republicanos también están a favor del libre comercio de la droga en su país, sería importante aclararlo en estos importantes momentos anteriores al arranque formal de la lucha electoral por la Casa Blanca. Todavía los drogadictos no son mayoría en los Estados Unidos, pero son una minoría en crecimiento con la capacidad económica suficiente para convertirse en un poder fáctico más, aunque amenazado de muerte. ¿Eso defienden los republicanos, a favor de quiénes?

Un tema para su campaña, presidente Obama…

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