The Great Debate

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El gran debate

El mundo vivió la semana pasada un intenso debate. Moody’s, la agencia calificadora de riesgos, arremetió en dos ocasiones contra las decisiones económicas de la Unión Europea, primero cuestionando la salud financiera de Portugal y al día siguiente sembrando amplias dudas sobre la solidez de la banca europea.

Ante el primero de los anuncios los mercados reaccionaron depreciando la deuda de Portugal hasta el límite de los bonos basura. Pero cuando las dudas sembradas por Moody’s tocaron a la gran banca, los que respondieron con dureza fueron los líderes comunitarios europeos: en breves y contundentes intervenciones, la agencia calificadora de riesgos fue radicalmente descalificada.

La verdad es que a sólo 3 años de la quiebra de Lehman Brothers y del gigantesco fraude de las hipotecas subprime, es válido poner en tela de juicio la calidad del análisis que hacen las grandes calificadoras, por cierto todas norteamericanas. Europa enardecida vuelve a preguntarse hoy dónde diablos andaban hace 3 años estas pretensiosas compañías que no fueron capaces de advertir el enorme tamaño de la crisis que se venía encima.

La andanada de críticas contra las grandes calificadoras ha tocado un nervio sensible: ¿Cómo catalogan ellas la deuda de los Estados Unidos? ¿Qué opinan de la solidez del dólar? ¿Por qué demuestran tanta comprensión ante los gigantescos déficit norteamericanos y tanta severidad frente al manejo económico que se dan otras naciones?

Lo cierto es que el análisis de la agencia Moody’s en el tema de Portugal recibió una definitiva descalificación cuando el propio Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, ordenó negociar todos los papeles portugueses, los mismos que dos días antes habían sido desahuciados por Moody’s. Trichet, además de lanzar críticas, respondió con hechos.

Pero el debate no se quedó en la anécdota. El prestigioso historiador inglés Paul Kennedy aprovechó la coyuntura para afirmar que en pocos años las monedas de referencia en el mundo serán tres: el dólar, el euro y el yuan. De hecho las tres monedas representan un manejo de la economía bastante libre (el norteamericano), un dirigismo moderado (el europeo) y un control casi absoluto (el chino).

La verdad es que hoy algo más del 60 % de las reservas están representadas en dólares. Los expertos serios aconsejan disponer de una canasta de monedas fuertes, porque el dólar no ofrece garantías de futuro, al menos mientras los norteamericanos no se decidan a bajarse de la nube de endeudamiento en que los dejó encaramados el inefable George Bush.

Más que calificadoras de riesgo, lo que se requiere son analistas independientes (por el estilo de Warren Buffett) y mucho control del Estado. La intervención estatal encuentra fieros opositores, como el economista colombiano Alejandro Gaviria. Para Gaviria Colombia es una “república de tinterillos” por el hecho de que hay algunos abogados que extreman su habilidad litigiosa.

Es posible que Gaviria esté soñando con presidir alguna Moody’s, para que sus errores de juicio afecten al mayor número posible de personas…

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