The Republican Bet

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Es un viejo juego con claras y conocidas motivaciones. Los republicanos montan un espectáculo de irracionalidad ante la necesidad de aumentar la capacidad de endeudamiento del Gobierno Federal, buscando reducir las posibilidades reeleccionistas de Barack Obama. Llevarán la cuestión en vilo hasta el último momento para tomar la decisión, ganando tiempo para sus fines.

Tendrán que autorizar un aumento en el endeudamiento, de lo contrario, serán responsables de una catástrofe económica y financiera mundial.

Si Washington no puede pagar sus deudas, las tasas de interés a nivel mundial pasarán las nubes, creando un auténtico impuesto financiero que pagará todo el planeta.

¿Qué buscan entonces? Primero, recordar que ellos siempre son el gobierno y que cualquier presidente demócrata es un vulgar “impostor”.

Eso explica que a Bill Clinton lo trataran como a un “presidente ilegítimo”, haciendo todo lo posible por destituirlo. A Barack Obama lo tratan como si hubiese tomado el poder tras un “golpe de Estado”. Su segundo objetivo es retrasar la recuperación económica que, aunque tímida, impulsa la Administración Obama, profundizando la crisis.

Ellos proponen reducir el déficit fiscal recortando el gasto público, que siempre motoriza la economía en todas partes, agravando la recesión, aumentando desempleo acercándonos a las elecciones presidenciales. Si el gobierno, el principal agente económico nacional, reduce sus gastos, los demás agentes también reducirán los suyos reduciendo el circulante, produciendo una especie de parálisis económica.

El gobernador del Banco Central estadounidense, Ben Bernanke, define con tétricas palabras el panorama económico, si no autorizan el aumento de la deuda del Gobierno Federal.

Las consecuencias serían “catastróficas, calamitosas, una crisis mayúscula”, dijo. Eso es exactamente el objetivo republicano pero de manera “controlada” dentro de la economía de los Estados Unidos. Así esperan sabotear la posible reelección de Obama, pero sólo el tiempo dirá si ganarán.