Estados Unidos se hunde, la crisis es general y exige la respuesta de los trabajadores del mundo
Como parte de la crisis de todo tipo que sacude al sistema capitalista e imperialista, las bolsas de valores de los principales mercados o economías han vuelto a convulsionarse con drásticas caídas de las cotizaciones de las acciones y otros títulos de valor, luego de que fuera rebajada la calificación de Estados Unidos, por parte de Standard & Poors.
Como se recuerda, el gobierno de Obama logró que se diera un acuerdo entre la mayoría de demócratas y republicanos para elevar el techo de la deuda pública, lo que le permitiría evitar una cesación momentánea de pagos (default) de las obligaciones vencidas, particularmente de los bonos del tesoro americano. Este acuerdo posibilitara aumentar la deuda desde los 14 billones 300 mil millones de dólares hasta 16 billones 700 mil millones de dólares, lo que significará porcentualmente 115% del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país.
Las decisiones, tanto de la Cámara de Representantes como la del Senado, no representan una salida real a la crisis que vive la economía norteamericana, simplemente pospone por unos momentos, las nuevas convulsiones que vendrán pronto, pues ese acuerdo lo pagarán, como siempre, los trabajadores y en general, el pueblo que tendrá que pagar más impuestos y sufrir mayores privaciones y necesidades. El denominado Tea Party, un grupo de extrema derecha y profascista que actúa al interior del partido republicano, logró someter a Obama y a la mayoría demócrata para que a cambio de la elevación del techo de la deuda que demandaba el gobierno, no se toquen los intereses de los ricos de ese país, a quienes no se les aumentará ni una milésima de impuestos, al tiempo que exigieron la reducción del gasto público, esto es, de los gastos de educación, salud, vivienda, y en general de bienestar, sin tocar ni rebajar ni un centavo de dólar al presupuesto dirigido a mantener la “guerra” (en realidad ocupación de Afganistán e Irak).
La crisis de la economía estadounidense, al igual que la que atraviesan los países de la Unión Europea, es de tal magnitud, que para evitar el colapso y el hundimiento definitivo del sistema capitalista, han utilizado más de 64 billones de dólares para rescatar a grandes bancos y monopolios internacionales, a esto se suman enormes recursos entregados clandestinamente a los grandes complejos industriales y financieros, cuando como resultado de la primera auditoria realizada a la Reserva Federal Norteamericana (banco central de Estados Unidos) se conoce que han concedido mas de 16 billones de dólares, mientras se reduce los presupuestos para educación y salud y se eleva el desempleo que hoy asciende a 25 millones de personas en EE. UU., esto es el 9,2% de la PEA.
La crisis de Estados Unidos está generando un pánico generalizado al punto de que algunos inversionistas y especuladores internacionales así como algunos gobiernos van dejando el dólar y el euro como moneda de reserva para pasar a adquirir oro, razón por la cual su cotización ha pasado a ser mas de 1.700 dólares por onza troy.
Estados Unidos tiene una economía descompuesta y podrida, que se expresa hoy en una deuda pública de todo ese país que sobrepasa los 70 billones de dólares (deuda de los 52 estados que hacen ese país), y una deuda del gobierno que con las últimas medias sobrepasa su propio PIB (16 billones 700 mil millones de dólares), tiene un déficit comercial que va mas allá del billón doscientos mil millones de dólares, su presupuesto acusa un déficit que sobrepasa el billón trescientos mil millones de dólares), el hambre y la pobreza extrema atrapa a cerca de 50 millones de personas, el desempleo condena a mas de 25 millones. La corrupción es el pan de cada día, entre otras cosas lo muestran los maquillajes de los balances de las grandes corporaciones imperialistas y las secretas inyecciones de dinero para aquellos elementos y empresas que hacen parte de la oligarquía financiera internacional.
El descrédito de ese país y sobretodo de sus gobiernos de turno, es creciente, aumenta la desconfianza y el repudio a las acciones de los países imperialistas y sus gobiernos, que buscan siempre descargar los efectos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y de los países dependientes y pueblos oprimidos del mundo. Estos hechos constituyen de por si, la explicación a las multitudinarias movilizaciones de trabajadores, jubilados, de pobres, de mujeres y jóvenes indignados, inconformes y anhelante de cambios y transformaciones democráticas y revolucionarias, como esta ocurriendo, entre otros, en Grecia, Inglaterra, España, Francia, Portugal, Italia, Egipto, Túnez, Siria, Libia, Israel.
Esta crisis tendrá severas repercusiones en los países de nuestra región que verá reducir sus exportaciones y aumentar los precios de las importaciones, que sentirá las reducciones de las remesas de los inmigrantes que serán desempleados, que sufrirán los efectos de la inflación y el aumento de las tasas de interés, entre otros aspectos. Como se conoce y se ve, la respuesta fácil de los gobiernos reaccionarios incluidos los denominados “alternativos” será el trasladar a los trabajadores y los pueblos las consecuencias de la crisis, convertidos en paquetazos y medidas económicas, políticas y jurídicas de carácter antipopular. El camino para los trabajadores, los campesinos, la juventud y las mujeres, es el de la organización y la lucha abierta y directa contra la opresión imperialista y la explotación capitalista, por conquistar el poder popular y construir una sociedad nueva, libre de todos los males que engendra y genera el capitalismo.
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