La historia oculta del 11-S
Es evidente que las autoridades estadunidenses estaban al tanto de la inminencia de los ataques.
Luis Gutiérrez Esparza
Este es el resultado de una investigación que realicé entre septiembre de 2001 y agosto de 2002. La información conserva su vigencia y plantea preguntas hasta ahora sin respuesta oficial…
El lunes 6 de agosto de 2001, a las 17:50 horas, el embajador alemán Wolfgang Ischinger notificó al entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que información obtenida por el BfV (servicio secreto interno de Alemania) y por el BND, agencia de inteligencia equivalente a la CIA, indicaba que un ataque contra objetivos estadunidenses, de un grupo radical basado parcialmente en territorio germano, ocurriría el 10 o el 11 de septiembre.
El Presidente se encontraba en su rancho de Texas. El embajador actuó siguiendo instrucciones directas de quien era ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Joschka Fischer. La información fue obtenida mediante la vigilancia del BfV a grupos radicales árabes establecidos en territorio alemán, así como por la intercepción de comunicaciones entre la embajada de Israel y el Ministerio de Relaciones Exteriores en Tel Aviv.
El presidente estadunidense agradeció el informe al embajador y le dijo que estaba al tanto de la amenaza. Sin embargo, después de los atentados del 11 de septiembre, la Casa Blanca, a través del Departamento de Estado, hizo una urgente petición al gobierno alemán para que no hubiera ninguna referencia pública a la advertencia hecha por Ischinger.
Posteriormente, se preparó un informe secreto basado en la información proporcionada por las estaciones extranjeras del BND. Las partes fundamentales de ese informe fueron proporcionadas al autor de estas líneas por fuentes de inteligencia, durante una reunión en Los Ángeles, California.
Es evidente que las autoridades estadunidenses estaban al tanto de la inminencia de los ataques. Debido al involucramiento de la familia Bush en la industria petrolera (Zapata Oil Company), muchos individuos y corporaciones con intereses en el ramo financiaron la carrera política de Bush.
El vicepresidente Richard Cheney fue director en jefe de la Haliburton Company, con sede en Dallas; es la empresa más importante en el mundo por lo que se refiere a servicios petroleros. Entre 1991 y 1997, compañías petroleras estadunidenses tan importantes como Texaco, Unocal, Shell, BP Amoco, Chevron y Exxon-Mobil, hicieron acto de presencia en la ex república soviética de Kazajstán, donde existen enormes reservas de hidrocarburos.
El gobierno kazajo recibió más de tres millones de dólares para concederles a dichas empresas los derechos de exploración y explotación. Adicionalmente, las compañías aceptaron proporcionar 35 mil millones de dólares en inversiones en el país.
La compañía petrolera Unocal firmó un acuerdo con el gobierno de los talibanes y con sus opositores de la Alianza del Norte, para que permitieran la construcción de un oleoducto a través de Afganistán y Pakistán hasta el océano Índico; así se podría eludir pagarle a Rusia por el uso de sus oleoductos.
En diciembre de 1997, enviados oficiales de los talibanes estuvieron en Estados Unidos para asistir a una conferencia en las oficinas generales de la Unocal, en Texas, a fin de discutir el proyecto. Las negociaciones fracasaron, porque las demandas financieras de los talibanes le parecieron excesivas a la empresa.
En 1998, la guerra civil afgana y la inestabilidad paquistana llegaron a tales niveles, que el oleoducto parecía imposible. En el mismo año, la empresa Enron, con sede en Houston, sugirió la construcción de un oleoducto paralelo a los rusos, que iría hacia el occidente en vez de al sur y costaría tres mil millones de dólares.
En un memorando secreto de Cheney se señalaba que la Unocal estaba decidida a financiar el oleoducto hacia el sur; el proyecto tardaría cinco años para ser llevado a cabo y produciría unos dos mil millones de dólares al año. Hubo otros informes secretos al respecto y el gobierno estaba convencido de la importancia del proyecto, cuyos únicos obstáculos eran los talibanes, sus aliados y patrocinadores. Así comenzó la historia.
2011-09-07 00:00:00