The U.S. in Crisis Strikes Out against Latin Americans

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ESTADOS UNIDOS

La crisis en EEUU se ensaña contra los latinoamericanos

De acuerdo con la Ley de Alabama, el acto de que un inmigrante irregular solicite una licencia de conducir o compre una casa puede convertirse en un “crimen”, e impide a los niños sin documentos el derecho a la educación.

Ciudad de Panamá.- Millones de inmigrantes pobres que llegaron a Estados Unidos en busca de sueños y oportunidades viven hoy bajo el miedo y la pesadilla de ser detenidos y deportados, después de haber participado activamente en la vida económica del país.

Así lo confirmaron a dpa analistas y consultores que participan en Panamá en el foro de Naciones Unidas sobre los vínculos del hambre y la pobreza como causas de la migración de los centroamericanos, quienes terminan “criminalizados” por su origen, reportó DPA.

La catedrática y escritora Emma Sepúlveda, ex candidata a senadora y actual directora del Centro Latino de Investigación de la Universidad de Nevada, dijo que “Estados Unidos vive una crisis enorme”, con restricciones migratorias heredadas de la administración del ex presidente George W. Bush.

Sepúlveda, integrante del grupo de 23 latinoamericanos escogidos por el actual presidente, Barack Obama, para crear en Washington un museo nacional latinoamericano, opinó que el jefe de la Casa Blanca es el “rehén” de una agenda ajena.

“Los latinoamericanos en Estados Unidos están viviendo una situación dramática de pobreza, como la que hay en el Tercer Mundo”, subrayó la activista defensora de los inmigrantes.

El Pew Hispanic Center señaló que de las 11,2 millones de personas que residen en forma irregular en Estados Unidos, 9,1 millones provienen de Latinoamérica. En el este de Estados Unidos predominan cubanos y puertorriqueños y en el oeste mexicanos y centroamericanos.

Sepúlveda añadió que, por primera vez, los hijos de los inmigrantes latinoamericanos son el bloque más grande de quienes viven bajo el índice de la pobreza, y sobrepasan en precariedad y exclusión a negros y blancos.

Organizaciones humanitarias en Estados Unidos estiman en casi un millón la cifra de deportados, pese a que el 70 por ciento de ellos carecía de antecentes policiales. No obstante, portavoces oficiales aluden a unos 400.000 deportados en cumplimiento de normas migratorias.

Sepúlveda estimó que el hecho se debe, en parte, a que el diálogo sobre la migración cambió después del derribo las torres gemelas de Nueva York en 2001. A partir de esa fecha, la palabra inmigrante quedó vinculada a la idea de terrorismo, lo que instigó el miedo colectivo.

Enfatizó que en los dos últimos años bajó de forma drástica el salario de los latinoamericanos ocupados en trabajos duros, con jornadas más largas y menos ingresos económicos, y con el temor adicional a ser deportados ante la presión de la extrema derecha estadounidense.

Sepúlveda especificó que un trabajador en un matadero gana nueve dólares por hora, 50 por ciento menos que hace años. Añadió que la discriminación se extiende incluso a cárceles privadas, que fueron beneficiadas con jugosos contratos en Afganistán e Irak.

Por su parte, Araceli Azuara Ferreiro, coordinadora del programa de Migración y Desarrollo de la Organización de Estados Americanos (OEA), sostuvo que las causas del flujo migratorio de Centroamérica a Estados Unidos son diversas, pero se han agravado.

Advirtió que ahora hay una situación “bastante compleja”, a causa de una recesión económica, que limita el acceso al trabajo y aumenta los sentimientos de xenofobia incorporados en la Ley de Arizona y la Ley Migratoria de Alabama, del 29 de septiembre.

De acuerdo con la Ley de Alabama, el acto de que un inmigrante irregular solicite una licencia de conducir o compre una casa puede convertirse en un “crimen”, e impide a los niños sin documentos el derecho a la educación.

Azuara Ferreiro describió la exclusión como un “hecho atroz que reproduce la pobreza”, y genera la preocupación del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, alarmado porque los latinoamericanos vivan con miedo en Estados Unidos.

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