E.E.UU. es la primera potencia del mundo, aunque esté dejando de ser la hiperpotencia que emergió tras la disolución de la URSS. Tiene aproximadamente 22% del PBI mundial, pero al mismo tiempo el 44% del gasto de defensa.
La Argentina, en cambio, es un país emergente mediano, como hoy lo son Pakistán e Indonesia en Asia, Turquía, Irán y Arabia Saudita entre el Cercano y el Medio Oriente, Sudáfrica, Nigeria y Egipto en África, México y Colombia en América Latina, y Australia en Oceanía.
En la última década, ya sea con Bush o con Obama, la prioridad en la visión de Washington hacia la Argentina ha estado en los temas estratégicos; en cambio, en la de Buenos Aires respecto a EE.UU. ha percibido como lo más relevante lo económico, ya sea lo financiero o lo comercial.
Los 42 tratados bilaterales firmados entre 2000 y 2010 entre los dos países muestran que 20 han estado referidos a los temas de defensa y seguridad y sólo uno a lo económico y financiero. Entre ambos extremos hay 6 sobre temas espaciales y nucleares, que es un área nueva en la relación bilateral que parece tener una prioridad similar.
Más allá de lo que se haya tratado en el encuentro entre Cristina y Obama , es claro que hoy para EE.UU. el tema Irán es prioritario, en momentos que el Presidente israelí -ala moderada de su gobierno- dice públicamente que se acerca el ataque a Irán y que es necesario involucrar en él a otros países.
A su vez para la Argentina, aumentar el acceso al mercado de los EE.UU., que sigue siendo el primero del mundo, y modificar el voto contrario a la concesión de créditos para el país en los organismos financieros internacionales, parecen ser la prioridad.
Es que la agenda entre la primera potencia mundial y un emergente mediano no son las mismas en cuanto a prioridades, más allá de que ambos quieran un mundo pacífico y en crecimiento económico.
En momentos en que los países del ALBA, encabezados por Cuba y Venezuela, se aprestan a apoyar a Irán en el enfrentamiento con Israel y EE.UU. y posiblemente Brasil no apoye un ataque preventivo, coincidiendo en ello con China, Rusia y seguramente la India, y siendo además la Argentina el único país que tiene una causa contra funcionarios iraníes por terrorismo, la relación entre Teherán y Buenos Aires es un tema importante para Washington.
A su vez para el gobierno argentino, cuando enfrenta dificultades cambiarias y tanto el Banco Central como los bancos siguen perdiendo dólares pese a los mayores controles, recibir señales de respaldo económico desde Washington puede tener un efecto concreto para reducir las dudas e incertidumbres que alimenta la llamada fuga de capitales.
Para la Argentina el seguir realizando programas con la NASA que permitan acceder a altos niveles de tecnología -que a la vez potencian la ciencia nacional-, y para EE.UU. el tener el apoyo de nuestro país en los temas de no proliferación, posiblemente generan un ámbito de prioridad relativamente similar.
El encuentro entre Cristina y Obama abre una oportunidad en un momento en que la crisis europea puede globalizarse y el conflicto de Medio Oriente podría escalar si finalmente se realiza un ataque preventivo contra Irán. Aprovecharla es ahora la responsabilidad de ambos gobiernos..
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