Washington and its Containment of China

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La iniciativa de un Área de Prosperidad Asia-Pacífico para el Siglo XXI, recientemente enunciada por Obama, buscaría confrontar el emerger de China por dos vías paralelas. La primera por vía de la seguridad colectiva, apelando a los aliados tradicionales de Washington en la región. La segunda a través de un acuerdo de comercio y liberalización económica: la llamada Sociedad Transpacífica. Hugh White, catedrático de estudios estratégicos de la Universidad de Camberra, se ha referido a esta iniciativa como la Doctrina Obama de contención a China, afirmando que se trata “de la doctrina estratégica más importante desde que Truman comprometió a EEUU en la contención a la Unión Soviética” (“Contain China?” The Straits Times, 26 noviembre 2011).

La primera de las dos vertientes de esta iniciativa es consecuencia de la poderosa apertura que China le brindó a EEUU cuando en 2010 flexionó sus músculos frente a varios vecinos, en relación a los diferendos en el Mar del Sur de China y las islas Senkayu/Diaoyu. Ello fracturó una cuidadosa estrategia de poder suave que China había cultivado desde hacía varios años y le permitió a EEUU posicionarse como el aliado necesario, en una región de la que había estado ausente por largo tiempo.

No obstante lo anterior, el anuncio norteamericano de que desplegaría un importante contingente de marines en el Norte de Australia, hizo rememorar la época en la que el Este de Asia constituyó el epicentro de la confrontación bélica entre el Este y el Oeste. Las declaraciones de varios ministros de relaciones exteriores de la región convergieron en su rechazo a que la región se convirtiera de nuevo en foco de enfrentamiento entre dos grandes potencias. Por lo demás, hacer frente a la fuerza tectónica del emerger económico de China por vía de alianzas militares y expresiones de poder duro, sería una manifestación mayúscula de miopía por parte de Washington.

De su lado la vertiente económico-comercial de la iniciativa anterior, va a contracorriente del trabajo desarrollado por China desde hace varios años en materia de integración regional. Según señalaba el analista japonés Yukio Okamoto: “La Sociedad Transpacífica plantea una clara disyuntiva para la región: dirigir su atención hacia un tratado de libre comercio de factura estadounidense o mantener su coexistencia económica con China” (The Straits Time, 23 noviembre 2011). Las economías del Este de Asia deberán inclinar su balanza en una u otra dirección en función de consideraciones como las siguientes: ¿deben mirar hacia un proceso de integración económica ya maduro con China, expresado por vía del Acuerdo de Libre Comercio con Asean (más Japón y Sur Corea), o adentrarse en un complejo proceso de negociación y subsiguiente aprobación congresional con EEUU, que puede demorar varios años? ¿Deben mirar hacia una economía boyante, que en 2014 se transformará en el mayor mercado importador del mundo, o hacia una economía cuyos déficit y desbalance presupuestario resultan tan grandes que difícilmente podrá garantizar el cumplimiento de los compromisos que asuma? La iniciativa Obama no pareciera tener muchas perspectivas.

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