Santa Claus Brings Guns for Christmas

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Qué pena que Charlton Heston esté muerto. El hercúleo actor, que presidió entre 1998 y 2003, la National Rifle Association, hubiera sido muy feliz viendo cómo sus compatriotas están haciendo de las armas de fuego uno de los regalos estrella de esta Navidad de 2011.

Santa Claus viene con el saco cargado de artillería. Numerosas cadenas locales de televisión de Estados Unidos incluyen esta semana entre sus noticias más destacadas el espectacular aumento de las compras de pistolas, revólveres, rifles y metralletas como obsequio, también para los más pequeños, de estas fiestas.

Empecemos en Bakersfield (California). Así lo cuenta KGET, una cadena local afilada a NBC: “Otro tipo de regalo está disparando el interés esta temporada festiva: las ventas de armas suben en las tiendas de los alrededores de Bakersfield. Tenga, pues, cuidado este año al abrir los calcetines colocados alrededor de la chimenea, porque podría haber dentro una pistola Glock”.

En el reportaje de KGET, Jennifer MacKenna, de la tienda Second Amendment Sports, informa de que las ventas de armas han subido un 25 por ciento esta temporada en relación al mismo período de 2010. Con precios que van desde los 140 a los 3.000 dólares, en Bakersfield hay productos para todos los bolsillos.

Saltemos al otro extremo de Estados Unidos. En Roanoke (Virginia), según informa WDBJ.7, el negocio también marcha viento en popa. Paul Hylton, propietario de la armería Bryansteens, le recuerda a la reportera de WDBJ.7 que regalar armas por Navidad es “una especie de tradición” en Virginia, aunque, a continuación, reconoce que este año las ventas van particularmente bien. Lo más novedoso, señala Hylton, es la cantidad de mujeres que las están adquiriendo.

Hay que decir que el FBI ya se maliciaba algo. En noviembre tuvo que efectuar 1.5 millones de comprobaciones de antecedentes policiales y penales de personas que tenían la intención de comprar armas próximamente. Esa cifra supone un incremento de más del 30 por ciento en relación al mismo mes de 2010. El aluvión de solicitudes, informa el FBI, fue particularmente intenso en el llamado Black Friday, el día que marca el comienzo de la temporada de grandes ventas navideñas.

Santa también viaja al gran Estado de Nueva York con abundancia de chatarra y pólvora. “Aún no hay datos, pero los vendedores de armas pueden decirles que esto es algo que nunca habían visto antes”, informa NYN. Frank Tybush, de B & J Guns, le cuenta a esa cadena: “Estamos increíblemente ocupados. Esto va a ser de récord. Antes nuestros compradores eran sobre todo cazadores, ahora estamos viendo entrar en la tienda a jóvenes profesionales, a gente que está formando familias. Y también a mujeres buscando ya no solo pistolas, sino rifles”.

Derrotados el comunismo y Bin Laden, ¿se prepara la América del fusil y la Biblia, la América del Tea Party, para combatir una inminente invasión marciana? ¿No tiene confianza en sus fuerzas policiales pese al descenso de la criminalidad en 2011? NYN le pregunta a Tom King, presidente de la New York State Rifle and Pistol Association, por las razones qué están impulsando a tanta gente a aprovechar estas fechas para armarse a conciencia. Esta es su respuesta: “Las inquietudes sobre las elecciones de 2012, tal vez la crisis económica y el miedo habitual a que en el futuro se adopten leyes más restrictivas sobre la compra y posesión de armas”.

En Kansas, Eyewitness News cuenta el mismo chiste que la californiana KGET: “Esta Navidad, los calcetines deben colocarse en la chimenea con particular cuidado, porque podría haber en su interior un rifle de asalto”. Esta cadena de Kansas informa: “Las ventas de armas están alcanzando récords este año, según los indicadores nacionales y los comerciantes del sector, con los compradores entusiasmándose con los Colt y los AR-15”. Un portavoz de Beretta USA les confirma que sus ventas han aumentado un 10 por ciento en el cuarto trimestre de este año en relación al de 2010.

Ah, todo esto es perfectamente legal. Como es sabido, la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos sacraliza el derecho de los particulares a poseer armas de fuego y, según diversas encuestas, un mínimo del 45% de los hogares norteamericanos tiene una o varias de ellas. Las polémicas sobre la necesidad de restringir este derecho de los años de Clinton han remitido en el siglo XXI, en buena medida por el miedo despertado por el 11-S. Una encuesta de Gallup del pasado octubre reveló que los partidarios de la prohibición son hoy más minoritarios que nunca.

Viajando ahora a la ficción, cabe recordar que, aunque al viejo Philip Marlowe no le gustara nada la Navidad, esta temporada ha sido abundantemente explotada en la literatura y el cine negros. En concreto, el personaje del forajido disfrazado de Santa Claus es todo un clásico del cine y la televisión norteamericanos. A este eficaz recurso el canadiense Daryl Duke le dio un giro de tuerca interesante en su película The Silent Partner (Testigo silencioso, 1978). Allí Elliot Gould interpreta a un empleado de un banco que se entera por casualidad de que un atracador ataviado como Santa Claus (Christopher Plummer) planea desvalijar la entidad. Gould decide entonces llevarse el dinero previamente y colgarle el marrón al Santa pistolero. Astuto, ¿no?

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