Occupational Discrimination?

Edited by Gillian Palmer

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¿Segregación laboral?

Por: Sandro Pozzi | 16 de enero de 2012

El expresidente Harry Truman calificó la marcha por los derechos civiles de “estúpida”, pensando que la protesta no lograría nada. Casi medio siglo después, los mercados financieros en Estados Unidos están cerrados en respeto a Martin Luther King y la mayor potencia del planeta tiene a un presidente negro desde hace tres años. Sin embargo, en el mercado laboral, sigue habiendo una clara discriminación hacia la comunidad afroamericana.

Discriminación que evidencian las estadísticas. El último dato de empleo publicado hace dos semanas en EE UU revela con claridad que la comunidad negra no está beneficiándose del repunte en la contratación como la blanca. La tasa de paro, entre tanto, permaneció estable durante el último año en el 15,8%, mientras que el índice de desocupación general bajó al 8,5% y la de los blancos al 7,5%.

Más blanco, sueldos más altos. Ya antes de estallar la crisis, los empleados negros ganaban de media un 71% menos que los blancos. Su participación en el mercado laboral se concentra en las ocupaciones peor pagadas (salarios inferiores a los 30.000 dólares al año), con una representación mínima en los puestos de trabajos mejor remunerados (más de 50.000 dólares).

En 2008, el sueldo medio que recibía un empleado negro era de 14,9 dólares la hora, frente a los 20,84 dólares de un blanco. El motivo de esta disparidad podría deberse al nivel de educación y al área de estudios que se elige para avanzar en la carrera profesional. Pero son factores que no explican del todo esta discriminación, como señalan varios informes del Economic Policy Institute.

Algernon Austin, director del programa Raza, Etnididad y la Economía en el EPI, es contundente: “al final, resulta que ser negro importa” al explicar esta “segregación” laboral. Precisa en este sentido que el 90% de los empleos en EE UU pueden ser categorizados como “racialmente segregados” y apunta que los negros están sobretodo presentes en empleos mal pagados en los servicios.

Hay más ejemplos de esta discriminación laboral. Al observar los cargos, se constata la representación es muy baja en los puestos de dirección en las empresas. La última lista de las 500 mayores empresas de EE UU que elabora la revista Fortune muestra, por ejemplo, que los ejecutivos negros al frente de estas grandes corporaciones no llegan a la decena.

Franklin Raines fue el primero en formar parte de ese restringido club, al poner al frente de la hipotecaria Fannie Mae. Eso fue en 1999. Una década después se le sumó Ursula Burns en Xerox como la primera mujer negra dirigiendo una compañía del Fortune 500. La EPI señala que no son los empleados de raza negra los que deciden dirigirse hacia estas ocupaciones o cargos peor pagados.

De hecho, al comparar los estudios universitarios que eligen los negros y los blancos se constata que no hay diferencia mayores. Es evidente que no se pueden aislar factores para explicar esta discriminación. Y lo que también es evidente, como muestra la curva del gráfico arriba, es que hay una estrecha relación entre la tasa de pobreza entre los niños negros y el paro.

Los negros tiene al día de hoy el doble de posibilidades de estar sin empleo que los blancos. Y si la educación es un factor a la hora de determinar el salario y el cargo que puede lograrse en la carrera profesional, es evidente que reducir el paro es una condición vital para hacer frente al problema de la pobreza. “Menos niños en la pobreza sienta la base para mejores logros en los estudios”.

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