Anti-Race Day

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El día de la anti raza

Decirle negro a un negro, indio a un indio, o mestizo a un mestizo es un pecado

Escribo este artículo el día de Martin Luther King. Generalmente lo identificamos como un líder que luchó contra la discriminación racial. En realidad su ideal fueron la justicia social y la erradicación de la pobreza. En Estados Unidos, donde me encuentro hoy, arrastran una culpa histórica por su pasado racista, similar, guardando las distancias, a la que sufren los alemanes por culpa del nazismo.

Unos amigos venezolanos hicieron familia aquí y sus hijos, perfectamente bilingües, van a un colegio público. Hace unos días llamaron a la madre para avisarle que su hijo estaba detenido por manifestar racismo. Cuando llegó ella (tipo “castaña clara”, en venezolano), le contaron que su hijo había pedido que los negros jugaran en un equipo y los blancos en otro. Ya había permanecido “detenido” dos horas y hablado con la psicóloga. La explicación del niño era sencilla: el recreo es corto y había una cantidad equivalente de negros y no-negros, era la manera más fácil de resolver los equipos. La madre trató de explicar que las motivaciones de su hijo eran pragmáticas, no racistas, porque en su casa no lo son. No le creyeron mucho, hasta que llegó el padre, más negro que Pedro Camejo (afrodescendiente, en venezolano oficial).

Olvidé contar que los negritos ofendidos habían vapuleado a su compañero de colegio entre tres, lo habían tirado contra el suelo, le habían puesto un pie en el pecho y amenazado a lepes, antes de que las autoridades escolares acudieran a castigarlo… por racista.

Me gustaría pensar que Luther King no estaría muy contento con el sinsentido al que hemos llegado hoy. Cuando decirle negro a un negro, indio a un indio, o mestizo a un mestizo es un pecado tipificado por la ley de lo políticamente correcto y la doble moral.

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