Everyone vs. Hollywood

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Todos contra Hollywood

Las presiones en torno a los proyectos de ley SOPA-PIPA (Stop Online Piracy Act-Protect IP Act) para bloquear páginas web que permitan

descargas no autorizadas de obras protegidas por derechos de autor son cada vez más intensas. Por una parte, a favor de dichas normas,

están las poderosas industrias del cine, la música y editorial. Por otra, en contra, está Sillicon Valley y casi todo el sector de la tecnología e

Internet, el más boyante de Estados Unidos.

El último actor en sumarse a la polémica, que casi puede ya calificarse de guerra, es Y Combinator, uno de los centros de inversión de capital

riego más importante de EEUU. En una nota oficial, esta incubadora de empresas de tecnología con participación en numerosas ‘startup’ llama

directamente a “matar a Hollywood” a través de la creación y la investigación de “lo que haremos para entretenernos dentro de 20 años”.

“Hollywood parece haber tocado techo. Si fuese una industria normal podría vivir un par de décadas de declive pacífico. Pero no lo es. Quienes

la gestionan tienen tales intenciones y tantos contactos políticos que pueden hacer mucho daño a las libertades civiles y a la economía

mundial en su caída. Por tanto, sería una gran noticia si sus competidores pueden adelantar su deceso”, apunta, directa y con saña, la nota de

Y Combinator.

Esta compañía explica que su objetivo es invertir en compañías “que compitan con la televisión y el cine”, pero no es la única razón. Tampoco

lo es proteger al mundo de leyes como la SOPA-PIPA, sino acabar con una industria “que se muere”, capturar su audiencia e innovar. ¿Cómo?

Al responder a una pregunta: “¿Qué haremos para entretenernos dentro de 20 años en lugar de lo que hacemos ahora?”. Quien acierte,

argumenta Y Combinator, podrá hacerse con la limitada -pero grande- audiencia de la industria del entretenimiento.

Una declaración de intenciones que no hace sino avivar el fuego entre Sillicon Valley y Hollywood, entre San Francisco y Los Angeles, los dos

centros de ambas industrias. Mientras la segunda ha mantenido, durante las últimas décadas, e incluso en el último siglo, una posición de

poder difícil de alcanzar para ningún otro sector, la primera ha crecido de forma exponencial a lo largo de los últimos diez años.

Ahora ambas tienen lobbies que trabajan por sus intereses en Washington. Ambas cuentan con actores públicos capaces de haer una gran

labor de relaciones públicas. Las dos manejan grandes sumas de dinero. E incluso mantienen relaciones de interés mútuo en diversos

aspectos. Es decir, que esta guerra tiene todos los ingredientes para durar varios años, y puede que 2012 sea sólo el primero, aunque muy

importante, puesto que seguro que ambas industrias hacen ya grandes inversiones en las campañas electorales de los favoritos para sentarse

en el Despacho Oval.

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