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Posted on February 7, 2012.
América Latina supera en oferta de empleo a Europa y Estados Unidos
La oferta es mayor pese a alta informalidad y precariedad laborales. Falta mano de obra calificada.
Los récords de desempleo de algunos de los países de la Unión Europea, como España (22,9 por ciento), Grecia (19,2 por ciento) y Portugal (13,6 por ciento), contrastan con los niveles de Brasil (6 por ciento), Uruguay (6,2 por ciento) o Chile (6,6 por ciento), donde falta mano de obra, sobre todo calificada, en ciertos sectores y el “pleno empleo” ya no es algo de ciencia ficción.
Brasil necesita unos 1,9 millones de profesionales calificados en todos los sectores industriales, y el Gobierno ya se plantea flexibilizar la concesión de visados a extranjeros para cubrir el déficit.
El Gobierno de Uruguay, donde según el presidente José Mujica hay “una falta notoria de mano de obra calificada” en varios sectores, estudia medidas similares al de Brasil y además se propone incentivar el retorno de uruguayos del exterior para cubrir parte de los 25.000 nuevos empleos que se prevé crear este año.
En Chile hay déficit de mano de obra en la minería, la construcción y agricultura, y en los dos primeros sectores no solo se necesitan obreros sino profesionales calificados, explicó el subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda.
En los próximos cuatro o cinco años, Chile necesitará cubrir 44.000 puestos más en la minería, mientras que en la agricultura, la demanda insatisfecha asciende a 38.000 puestos de trabajo, agregó.
En la vecina Argentina, en el cuarto trimestre de 2011, se registró una tasa de desempleo del 6,7 por ciento, la más baja desde 1991, y también hay una demanda insatisfecha de trabajadores calificados en varios sectores, de acuerdo con un informe de la consultora Ecolatina.
Durante la debacle económica y social vivida en Argentina en el 2002 se llegó a una tasa de desempleo del 24 por ciento, un punto más que la actual de España, el país de la UE con mayor desempleo, con más de 5 millones de personas sin trabajo hoy en día y un angustioso índice de desempleo juvenil superior al 48 por ciento.
Panamá, en cambio, se puede considerar una economía con “pleno empleo”, pues el índice de desempleados fue de solo el 4,5 por ciento en 2011, a juicio del ministro de Economía, Frank de Lima, quien cree que ahora el reto de su país es generar mano de obra calificada.
No obstante, se calcula que un tercio del empleo en Panamá corresponde al llamado sector informal, en el que los trabajadores carecen de protección social y derechos laborales, el punto flaco de la actual bonanza económica y laboral en América Latina.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca del 50 por ciento de los trabajadores de América Latina y el Caribe -unos 93 millones de personas- está en condiciones de informalidad laboral.
Brasil, el gigante económico de la región, tiene un índice de informalidad del 42,1 por ciento, mientras que en Venezuela, que en diciembre tenía un 6,5 por ciento de desempleados, es del 44,8 por ciento.
En Bolivia, solo uno de cada cinco ciudadanos tiene empleo formal y pleno, y otros cuatro se enfrentan a situaciones de precariedad, según cálculos de investigadores sociales. El desempleo en el país, según el Gobierno, es de un 5,5 por ciento.
En Ecuador, con un 5,1 por ciento de desempleo, los “subempleados” eran el 44,2 por ciento de la población activa en diciembre de 2011.
La tasa de desempleo en Perú asciende a un 8 por ciento, pero solo un 9 por ciento de la población económicamente tiene un empleo “decente”, según el exviceministro de Trabajo, Luis Gamero.
Colombia es un caso similar. En el 2011 cerró con un desempleo del 10,8 por ciento, el más bajo de la última década para un año completo, pero la tasa de informalidad era del 51,1 por ciento.
En Costa Rica el desempleo es del 7,7 por ciento y las empresas extranjeras reportan escasez de personal calificado y bilingüe. En Nicaragua, también el desempleo es bajo (6,8 por ciento), pero la informalidad sigue siendo alta, hasta el punto de que un 70 por ciento de los empleos corresponde al sector informal, y en Honduras, país de 8,2 millones de habitantes, los desempleados y subempleados son más de un millón y medio de personas.
Otro tanto pasa en Guatemala, con un desempleo abierto de 3,5 por ciento y unos 1,2 millones de trabajadores (el 20 por ciento del total) subempleados, y en El Salvador, con un 7 por ciento de desempleo y con 43 de cada 100 trabajadores con empleos precarios.
Cuba, el único país comunista de América, que tiene una tasa oficial de desempleo del 2,5 por ciento, está reduciendo por un lado las plantillas estatales y por otro fomentando el “cuentapropismo”, como se denomina el trabajo privado, que ya suma unas 358.000 personas.
Las últimas estadísticas laborales de Paraguay, correspondientes a 2010, revelan una tasa de desempleo abierto del 5,7 y un subempleo del 22,9 por ciento del total de la población activa. Casi la mitad de los asalariados no llegaba ese año a cobrar el salario mínimo.
República Dominicana tiene una tasa de desempleo que ronda el 15 por ciento. En su vecino Haití, la situación es dramática: de los 4,2 millones de personas en edad de trabajar, solo unas 200.000 tienen un empleo regular.
En México, segunda economía latinoamericana, con una cifra oficial de desempleo del 5,6 por ciento, los subocupados son 4,2 millones de personas y los que trabajan en el sector informal de la economía son 13,4 millones de personas.
El director de la Consultora Bursamétrica, Ernesto O’Farrill, dijo que cada año hay en México un déficit de 300.000 puestos de trabajo y que hasta hace unos años la válvula de escape al desempleo era la emigración a EE. UU., pero hoy esa puerta está cerrada parcialmente por la crisis en el vecino del norte.
El Departamento de Trabajo de EE. UU. anunció este martes que el índice de desempleo de enero fue el 8,3 por ciento, el más bajo desde febrero de 2009, lo que hizo afirmar al presidente Barack Obama que la recuperación económica “se está acelerando”.
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