Tension in Afghanistan Rises after US Soldiers Burn Quran

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Muy costosa le está saliendo a los Estados Unidos, especialmente al presidente Barack Obama, la quema de dos ejemplares del Corán, libro sagrado del Islam, en una base militar de los EE.UU. en Afganistán al comienzo de la semana.

No sólo porque el presidente Obama se vio obligado a ofrecer disculpas públicamente el jueves pasado, sino porque mientras eso ocurría, la Casa Blanca buscaba tranquilizar la creciente ira entre los afganos y evitar las duras críticas de los republicanos en casa, en un año electoral.

Pese a los esfuerzos diplomáticos, miles de afganos, enfurecidos por el atropello cometido por los soldados de Estados Unidos en la base de Bagram, continuaban ayer su quinta jornada de protestas y muerte por varias ciudades del país.

Al menos 27 personas habían perdido la vida al cierre de esta edición, entre ellas dos militares estadounidenses asesinados, dentro de la sede del Ministerio del Interior afgano, por un grupo de talibanes en “venganza contra la quema del Corán”.

La inseguridad llevó a que una compañía de soldados alemanes de la fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (Isaf), abandonara su base para buscar refugio en el cuartel general de Kunduz y a que la embajada británica en Kabul retirara su personal civil, como “medida temporal”. En esta ciudad, los occidentales permanecen encerrados en sus residencias con vigilancia reforzada y las embajadas han redoblado sus medidas de protección.

En un momento de la jornada, cientos de personas han marchado hasta el palacio presidencial, en el centro de Kabul, lanzando gritos contra Estados Unidos y contra el presidente Hamid Karzai, considerado una marioneta de Washington por la propaganda de los talibanes.

En una carta dirigida al presidente afgano, Obama se disculpó por el incidente en el que trabajadores afganos hallaron copias carbonizadas del libro sagrado musulmán en una base militar, dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney a periodistas a bordo del Air Force One.

Carney indicó que el incidente no fue intencional, pero reconoció que ha motivado protestas contra las fuerzas de Estados Unidos y la Otan en Afganistán. También recalcó la división los afganos y las fuerzas internacionales que han combatido a los talibanes por una década.

Si bien Carney dijo que la disculpa era “totalmente apropiada dadas las sensibilidades” sobre el tratamiento del Corán, también sostuvo que la principal preocupación de Obama es “la seguridad de los estadounidenses en Afganistán, de nuestro personal civil y militar”.

La quema podría hacer aún más difícil que las fuerzas de la Otan, lideradas por Estados Unidos, conquisten los corazones de los afganos y puedan llevar a los talibanes y al Gobierno de ese país a la mesa de negociación antes del retiro de la mayoría de las tropas de combate a fines del 2014.

Sólo el mes pasado funcionarios estadounidenses debieron responder por las consecuencias de un vídeo que muestra a fuerzas del país orinando sobre los cadáveres de combatientes talibanes en Afganistán.

Un portavoz de la fuerza liderada por la Otan dijo que las tropas involucradas en el incidente de la quema del Corán deberían haber consultado a los asesores culturales para determinar cómo deshacerse del material religioso de manera apropiada.

Parte del material había sido retirado de un centro de detención militar, dijo un funcionario estadounidense, debido a preocupaciones de que parte de él fuese de naturaleza extremista y estuviera siendo usado como manera de pasar mensajes entre los prisioneros.

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