Los últimos estudios sobre las perspectivas económicas preocupan al gobierno del presidente Barack Obama, en particular un informe de la Fundación Heritage, un centro de investigación política de Washington, que formula y promueve políticas públicas conservadoras basadas en principios de la libertad de empresa, gobierno limitado, libertad individual, valores tradicionales,y una poderosa defensa nacional.
Las elecciones presidenciales de noviembre próximo se acercan raudamente y hay urgencia gubernamental para arreglar un viejo problema que se acrecienta y que amenaza con una implosión fiscal en Estados Unidos. La Fundación ha publicado gráficos con informes del presupuesto federal resaltando con simpleza la gravedad del problema de gasto que aqueja al país y la cantidad de deuda que acumula. Republicanos y demócratas saben que es el momento de actuar porque estiman que en unos 20 años, la proporción de la deuda nacional sobre cada ciudadano se habrá triplicado si no se ponen en orden las finanzas de la nación. Según Heritage, sin reducción del gasto o sin verdaderas reformas, la deuda per cápita aumentará hasta los U$S 103.827 (actualmente en U$S 31.000) para el año 2032. Acostumbrados a evaluar su futuro, el el temor es por las nuevas generaciones que soportarán este peso. Alison Acosta Fraser, directora del Instituto Thomas A. Roe de la Fundación Heritage, dice que para 2044, la cuota de la deuda nacional de cada ciudadano se doblará hasta los U$S 206.771, lo que se revela en gráficos y tablas que la Casa Blanca tiene un problema de gasto que debe ser corregido con urgencia. Mirando a noviembre, la preocupación frunce el seño de Obama aunque los números hoy le favorecen.
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