The Republican Dispute in the US

<--

TRAS LA CELEBRACION de las primarias republicanas en 10 estados en el tradicional “Súper Martes”, el panorama continúa siendo incierto para determinar quién enfrentará al Presidente Barack Obama. Si bien Mitt Romney, el ex gobernador de Massachusetts, consiguió el triunfo en seis estados, todavía se encuentra lejos de asegurar los 1.144 delegados que necesita para ser nominado en la convención republicana.

La mejoría en las cifras de crecimiento económico y de generación de empleos que ha venido experimentando Estados Unidos en los últimos meses ha robustecido la posición de Obama. Este también cuenta a su favor tener garantizada la nominación del Partido Demócrata, sin necesidad de desembolsar recursos ni de sufrir el desgaste que están experimentando los precandidatos republicanos, quienes se encuentran enfrascados en las primarias más reñidas desde 1976 en su partido. Las posibilidades de que un Mandatario en ejercicio sea derrotado cuando la economía se encuentra en recuperación son bajas.

Sin embargo, antes de enfrentarse en noviembre a un Obama que cobra ímpetu, los republicanos deben definir cuestiones cruciales. Lo que parece estar en juego no es sólo quién será el candidato, sino asimismo la correlación de fuerzas de una colectividad en la cual conviven numerosas corrientes de manera no siempre armónica. En los últimos años, luego del descalabro en que terminó el gobierno de George W. Bush, los sectores tradicionales han dominado al partido; sin embargo, el renacimiento republicano que llevó al triunfo en las elecciones parlamentarias de 2010 vino de la mano del Tea Party, que mezcla valores conservadores con una férrea defensa del libre mercado y una gran capacidad de movilización. Esta disputa puede resultar incluso más determinante para el futuro político norteamericano que la definición puntual del candidato que compita con Obama.

About this publication