Americans: Saudi and Latino?

<--

Es evidente que hoy en día los EE.UU. no son ni sauditas, ni latinos. Pero para sorpresa de algunos, y desagrado de muchos, el país del norte no está lejos en el campo energético de ser lo uno y, en cuanto al papel determinante que en las próximas elecciones presidenciales van a jugar los latinos, lo otro.

Un reciente informe de Goldman & Sachs señala que para el 2017 EE.UU. va a ser el mayor productor de energía en el mundo, sobrepasando a Rusia y a Arabia Saudita. EE.UU. está a la vanguardia de la revolución de la energía no convencional que en esencia es el esquisto, una roca almacenadora de material orgánico. Para el 2020, las fuentes de esquisto equivaldrán a cerca del 33% de la producción total de gas y petróleo en EE.UU., según PCF Energy.

De concretarse la posición predominante de los estadounidenses en el campo energético mundial, las implicaciones geopolíticas y económicas van a ser sustanciales:

– EE.UU., por lo menos durante el período en que el mundo siga dependiendo de los combustibles fósiles, seguirá siendo la primera potencia mundial, tanto en lo económico como lo militar. La China, por el contrario, si pretende disputarle a EE.UU. el liderazgo global, tendrá que modificar su altísima dependencia en las energías sucias no renovables. Europa, dada su enorme adicción a hidrocarburos que no produce, igualmente estará en desventaja frente a los norteamericanos.

– La disminución paulatina de buena parte de las importaciones de EE.UU., tanto de petróleo como carbón. Colombia debe mirar con detenimiento esta última eventualidad, capturando mercados alternos.

– La pérdida de influencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y el hecho de que el mundo estará menos expuesto a los brotes nacionalistas de petroestados como Rusia y Venezuela. El poder de los Vladimir Putin y los Hugo Chávez se va a mermar de manera importante. Adicionalmente van a disminuir las probabilidades de que las crisis políticas en Medio Oriente interrumpan el suministro de crudo y disparen el precio de la gasolina.

Por otra parte, según reciente informe de la prestigiosa revista Time (5 de marzo, 2012), existiendo doce millones de electores latinos que tienen intención de votar, son ellos los que van a decidir la próxima elección presidencial en EE. UU.. Y a pesar de que ideológicamente la abrumadora mayoría de los latinos comparte buena parte del ideario republicano, las inexplicables políticas de los candidatos de este partido en contra de toda iniciativa para normalizar la inmigración han hecho que muy buena parte de los latinos se sienta excluida por los republicanos, y por ende sus intenciones de voto van a favorecer al candidato demócrata. El semanario argumenta que el voto latino va a ser decisivo en seis estados estratégicos que van a hacer la diferencia: Arizona, Colorado, Florida, Carolina del Norte, Virginia y Nevada. En cuanto a la migración del voto latino a los demócratas, la revista trae a colación el caso de California, en donde los republicanos impusieron una serie de leyes y normas restringiendo los derechos de los inmigrantes. A partir de esas leyes, los republicanos (con excepción de Schwarzenegger) no volvieron a ganar en ese estado ninguna elección importante. Este es el precio de la miopía cortoplacista de los políticos.

Para ilustrar el argumento de que el voto latino va a ser decisorio, Time publica algunas cifras interesantes: hoy son 50,5 millones los latinos en EE.UU., uno de cada seis habitantes; uno de cada cuatro bebés es latino; 50,000 latinos mensualmente se convierten en potenciales electores; en el año 2050 el 30% de los estadounidenses va a ser latino. ¡Encontrar un aviso que diga English spoken here cada día será más difícil!

About this publication