Sobre la importancia de reactivar la cooperación agrícola EEUU-Venezuela, a un nivel más conveniente a los intereses de ambas naciones, hablan por sí solas las cifras del intercambio y la balanza agrocomercial. Y siendo que históricamente la cooperación agrícola EEUU-Venezuela había funcionado y rendido frutos a ambos países amigos y socios comerciales, observamos aquí que las nuevas circunstancias del entorno nacional claman por su pleno restablecimiento.
Del porqué retomar la agenda de la cooperación agrícola binacional EEUU-Venezuela sobran las razones. Además del beneficio económico a ambas naciones, trasciende el beneficio social, por la mayor producción, importación, oferta y consumo de alimentos, como por el desarrollo rural y el cese del abandono del campo y la migración a las ciudades. Debido al enorme atraso tecnológico como al deterioro y desmantelamiento de la infraestructura productiva, del equipamiento y por la desinversión sucedida en el agro venezolano, incluyendo la agroindustria y el agrocomercio, es urgente la necesidad de modernizar y adecuar al sector agrícola venezolano al mundo global competitivo. Para ello la cooperación agrícola EEUU-Venezuela ofrece las mejores posibilidades de impactar favorablemente el intercambio agrocomercial entre países, y desarrollando la potencialidad agroexportadora de Venezuela para la oferta de productos tropicales al gran mercado de EEUU.
Por todo esto desde el sector privado, tanto en EEUU como en Venezuela, los empresarios del agronegocio y los técnicos y profesionales de la agricultura y la ganadería, miramos en perspectiva la agenda de la cooperación agrícola binacional. Para adecuarnos a competir y participar del libre comercio en ambos sentidos, la cooperación agrícola binacional es crucial.
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