Violence and Elections

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Quienes nos dedicamos a los proyectos de infraestructura binacional en la frontera México- Estados Unidos, vemos un México diferente de los que viven en el Centro o en el Sureste de la Nación. Los lugares donde se construyen las obras de infraestructura binacional, principalmente en las riberas del Río Bravo, en donde grupos se dedican a enfrentarse por territorios de mercancías ilegales que cruzan de México a los Estados Unidos y viceversa, han convertido a la zona en un verdadero campo de batalla.

La frontera México- Estados Unidos ha sido una zona compleja a lo largo de sus más de 150 años de historia, debido a que es ahí en donde se junta lo mejor y lo peor de ambos países. Ahí nos hemos enfrascado en una lucha en la cual queremos que lo mejor gane a lo peor y construyendo infraestructura es una manera de ayudar a este propósito. Pero también, estamos inmersos en una pelea entre lo peor contra lo peor que ha generado violencia que transforma a una zona de oportunidades en una zona de riesgos. En un ambiente así, hemos perdido inversiones, empleos y competitividad a nivel internacional.

En la frontera México- Estados Unidos se ha sufrido de cuatro tipos de violencia básicamente: la física o armada, la psicológica, la estructural y la cultural. La violencia física o armada, que es la forma más visible, y tiene como intención disuadir, ejercer coerción, herir e incluso matar. La violencia psicológica tiene como objetivo las mentes y corazones de las personas y trata de incapacitar el poder anímico de la gente. La violencia psicológica es utilizada para producir sufrimiento mental y esparcir miedo y odio entre las poblaciones. La tercera es la estructural, que es incorporada a la estructura social y es menos visible que las dos anteriores, como es el caso de la discriminación a grupos específicos. Y un cuarto instrumento es el cultural, que se refiere a los usos de la cultura para legitimizar los tres instrumentos de violencia citados anteriormente.

Ahora bien, cuando de la frontera volteamos hacia el Centro y Sureste de México, lo menos que queremos es que la violencia se extienda en estas cuatro formas, y los tiempos electorales son tierra fértil para que esto pase. El enfrentamiento entre partidos políticos y sociedad, facilita que aquéllos grupos dedicados al comercio de productos ilícitos amplíen sus territorios.

Es por eso que los partidos políticos, en tiempos de elecciones, deben de pensar y medir sus estrategias contra los partidos opositores, porque con el afán de ganar a cualquier precio se pone en riesgo el generar violencia y desestabilidad, dando la oportunidad a que se apoderen del territorio a quienes sus actividades se desarrollan fuera de la ley. En la frontera lo estamos sufriendo, y esperamos que no se siga extendiendo, porque en vez de convertir a la frontera México- Estados Unidos y al propio México en una zona de oportunidades, se vuelva una zona de riesgos. Preocupémonos por México.

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