Disseminator of the DEA

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A estas alturas no está claro si el gobierno panista usó al periódico Reforma para sus filtraciones a lo largo del sexenio; o si el periódico es el que ha estado usando a los panistas y hay un tercero en discordia que realmente mece la cuna: el gobierno de Estados Unidos, que se aprovechó tanto del medio de comunicación como de la estructura gubernamental, para irrumpir cuando quiso en la agenda informativa mexicana. Durante la semana el diario publicó una encuesta en la que asegura que López Obrador ya alcanzó a Peña Nieto. Para lograr que los números cuadraran, Reforma sacrificó sin misericordia a Josefina Vázquez Mota, la candidata presidencial del PAN a la que prácticamente sacó de la jugada. Surgen, de manera natural, varias inquietudes. ¿Qué provocó la rudeza excesiva del periódico en contra de Josefina? ¿Por qué la panista no se defendió, e incluso puso la otra mejilla?

Es de suponer que alguien en el gobierno mexicano, digamos Alejandro Poiré, que pasó un tiempo en el Cisen, sí conoce los resortes que mueven desde el exterior a este diario. Que alguien en el gobierno mexicano sí conoce cuentas, intereses, vasos comunicantes. Alguien en el gobierno mexicano con datos para responder si agencias del gobierno de Estados Unidos tienen, o no, una asociación estratégica con el grupo editorial. Acaso no hay tal vínculo y estamos ante una leyenda negra, sin fundamento, que ha circulado por años entre reporteros mal pensados. Imposible asegurarlo. Que en ocasiones parezca órgano de difusión de la DEA en México tal vez sea una de esas canijas casualidades del mundo de la información.

Regresemos a la pregunta de por qué sacrificar a Josefina y por qué, de parte del PAN, no hubo respuesta. No tiene sentido. La encuesta supera con mucho el daño que le han hecho a la campaña del PAN ataques, críticas y descalificaciones de partidos opositores, comenzando por el PRI, y siguiendo con los demás. La encuesta descalifica de un plumazo todo el esfuerzo desplegado por Josefina y los suyos estos últimos meses. Es una burla al trabajo proselitista de los azules. ¿Por qué lo dejaron pasar? Por mucho menos Josefina ha hecho unos berrinches marca diablo y ahora sólo dijo: “tengo tiempo de alcanzar y remontar”. Quisiera pensar que el tema se abordó en el cuarto de guerra del PAN. No puede creer que ninguno de sus integrantes se haya puesto furioso y haya dado un manotazo en el escritorio para exigir una explicación al periódico por su muy extraño comportamiento. Si la tendencia de la encuesta es cierta, López Obrador será el ganador y la fracción panista en el Congreso será de una docena de legisladores, se volverá irrelevante. Los panistas deberían, por lo menos, cancelar sus suscripciones. De todas formas, con la morralla que les tocará de prerrogativas no tendrán ni para periódicos.

Desde luego, todos los diarios, todos los medios de comunicación, tienen derecho a defender una determinada línea editorial vinculada a sus intereses económicos y políticos. Eso no está discusión. Lo que llama la atención en este caso es que el diario haya resuelto tirar a un precipicio a la candidata del PAN para que la recta final de la campaña presidencial sea un “cara a cara” entre Peña y López Obrador, que augura encono y división entre los mexicanos. Si la competencia se vuelve cosa de dos, hay garantía de que sobrevenga un conflicto postelectoral que genere inestabilidad, que lacere todavía más a las instituciones. ¿A qué fuerza, local o foránea, le puede interesar un escenario de crispación entre los mexicanos a partir del lunes dos de julio?

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