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Edited by Audrey Agot

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“Siga la pista del dinero”. Esa fue la indicación fundamental que recibió, hace cuarenta años, en la penumbra de un parking abandonado de Rosslyn (Virginia), el periodista Bob Woodward del Washington Post. “Garganta profunda” fue la fuente anónima que le permitió centrarse sobre lo relevante para desenmascarar la trama del Watergate que acabó con la presidencia de Richard Nixon. Tuvimos que esperar 33 años, hasta 2005, para conocer su identidad secreta: se trataba de Mark Felt, número dos del FBI en aquel entonces.

Hoy, en el contexto de las elecciones norteamericanas, el dinero sigue siendo la clave. La sentencia del Tribunal Supremo ‘Citizens United’, de enero de 2010, en la que se levantaron algunas de las restricciones a las donaciones políticas de entidades privadas, ha provocado que cada vez aparezcan más organizaciones -fuera de los partidos- que pagan enormes cantidades de dinero para favorecer o para atacar a un candidato/a. A través de la creación de grupos paralelos a las campañas de los candidatos (llamados super comités de acción política o Super PACs), el dinero fluye libremente, sin excesiva transparencia y con unas normas de supuesta contención (como la de no poder coordinarse con los candidatos) que ya se han probado inservibles. Actualmente estos Super PACs no están obligados a revelar la identidad de sus donantes. La campaña de Obama ha recaudado ya más de 140 millones de dólares, mucho más de lo que habían recaudado sus rivales republicanos juntos. Pero los Super PACs que están detrás de los conservadores han puesto a disposición de estos 34 millones de dólares, frente a los 4,2 del presidente de EEUU.

Es pues en el ámbito de influencia republicano donde más PACs hay, destacando American Crossroads, la organización anti-demócrata creada por Karl Rove, el “gurú” político de las campañas republicanas. Debido al dinero invertido, estos grupos externos tienen hegemonía en los medios de comunicación. Un ejemplo: en las elecciones de noviembre de 2010, American Crossroads invirtió más de 65 millones de dólares en publicidad anti-demócrata (a sumar a la del Partido Republicano a favor de sus candidatos y al dinero del que disponía cada uno de ellos) en los medios de comunicación, especialmente las televisiones de los Estados donde la elección estaba más discutida.

En el caso de Mitt Romney, en el momento en que quedó como único candidato, los PACs se volcaron para ayudarle. El citado American Crossroads es el más destacado, con 25 millones de presupuesto por ahora, pero existen otros muchos como Americans for Prosperity o Restore our Future (apoyado por el magnate de Eurovegas, Sheldon Adelson). Su objetivo es llevar a cabo una durísima campaña anti-Obama, más que ir a favor de Romney. Lo mismo ocurre con la campaña de Obama, cuyos PACs de apoyo atacan sin piedad a Romney, como por ejemplo los PACs Priorities USA Actions y USA Action.

Como estamos viendo, estos grupos usan su dinero e influencia para impulsar campañas negativas en contra de uno u otro candidato. Y esta campaña electoral se está convirtiendo en una de las más sucias de la historia. Los ataques se producen sobre todo a través de vídeos, subidos primero a YouTube y a las redes sociales e inmediatamente emitidos por las televisiones, especialmente de los llamados swing states (aquellos Estados donde se dirimirá la contienda electoral).

El dinero se ha convertido en el elemento más determinante y decisivo. La posibilidad de invertir enormes cantidades de recursos, sin límite y casi sin rastro, hace que la competición se traslade del terreno de juego de los candidatos, al de los inversores. De los partidos, a los lobistas. De las ideas al dólar. Obama puede fracasar políticamente si fracasa como recaudador. Así están las cosas. De nuevo, sigan la pista del dinero.

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Postdata

Karl Rove: del cerebro de Bush a la espada de Romney

Karl Rove es un consultor político de Estados Unidos, reconocido por haber sido consejero mayor y principal estratega político del presidente George W. Bush. Como consultor político está constantemente involucrado en la actual campaña presidencial. A través de su página web, www.rove.com, publica artículos y columnas de opinión que tienen que ver con la actualidad política estadounidense. También utiliza mucho su cuenta en Twitter @KarlRove como medio para criticar las estrategias de campaña que lleva a cabo el equipo de Obama. No obstante, su nombre se ha mediatizado desde que se publicó el polémico plan de “Derrotar a Barack Hussein Obama” mediante el cual se utilizarían críticas realizadas por su ex asesor espiritual, el polémico reverendo Jeremiah Wright. Mitt Romney se niega a utilizar estos hechos y la relación de Obama con Wright para atacarle. Sin embargo, el plan (ideado por Fred Davis y auspiciado y financiado por American Crossroads) ha generado mucho ruido mediático.

Karl Rove, fundador del Super PAC American Crossroads (que recauda y gasta millones de dólares para defender a Mitt Romney y atacar al presidente), actualmente es asesor en dicha organización. Los anuncios de Rove intentan pintar al actual presidente como una estrella, una celebridad que al final no tiene liderazgo y que no ha cumplido ninguna de las promesas que realizó durante su campaña. Crossroads anunció que invertiría US$25 millones de dólares en anuncios de crítica al presidente, todos a emitir en Estados decisivos: Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Carolina del Norte, New Hampshire, Nevada, Ohio, Pensylvania y Virginia.

Fuente de la imagen: Sushine State News

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