El ataque de ayer pone en escena dos temas clave de campaña.
Por cuarta vez en menos de dos meses, un tiroteo sembró el pánico en Estados Unidos. Esta vez la agresión fue provocada por un desempleado, lo que colocó sobre el tapete no sólo la discusión sobre el fácil acceso a las armas sino también el problema social que representa el alto índice de desempleo que, a pesar de la leve mejora que se observó en la economía estadounidense, no afloja.
El agresor, muerto por la policía durante el tiroteo, había sido despedido de Hazan Imports, una empresa de accesorios para mujeres donde había trabajado 6 años. Según explicó el intendente de Nueva York, Michael Bloomberg, Johnson fue despedido hace un año cuando la empresa decidió achicarse. Es decir, formaba parte de los casi 14 millones de estadounidenses que actualmente buscan trabajo sin éxito.
En plena campaña electoral, el candidato a presidente republicano Mitt Romney ha acusado a Barack Obama por sus políticas económicas, y en particular por su fracaso en bajar la tasa del desempleo. En repetidas ocasiones, Obama se ha defendido diciendo que todos los proyectos de ley para estimular la creación de empleo que presentó ante el Congreso fueron bloqueados por la oposición republicana. De todas maneras, el desempleo es para Obama un verdadero talón de Aquiles. El tiroteo de ayer prueba cuan rápido se puede transformar en EE.UU. un problema socioeconómico en un incidente violento.
Al disparar con una pistola de calibre 45 contra uno de sus ex jefes, sin duda Johnson dejó en claro que tenía un desequilibrio psicológico y reforzó los argumentos de quienes afirman que es demasiado fácil comprar un arma en EE.UU. incluso para aquellos que tienen problemas mentales.
“Nadie es inmune al problema nacional de la violencia armada”, dijo ayer Bloomberg, que es uno de los políticos más activos en la lucha por el control de la venta de armas.
Según Bloomberg, una ley aprobada en 1968, después de los asesinatos de Martin Luther King y el de Robert Kennedy, cuyo objetivo era impedir entre otras cosas que gente con problemas mentales pueda comprar un arma, nunca fue realmente instrumentada. En 1993 otra ley, la Brady, intentó facilitar la instrumentación de esa legislación exigiendo que las armerías chequeen la historia de un eventual comprador antes de vender un arma. Pero según Bloomberg el sistema sigue sin funcionar. El tiroteo de ayer es un nuevo ejemplo.
Después del tiroteo en el estreno de Batman, Bloomberg urgió a Obama y a Romney para que se sumen a su cruzada. Sólo Obama reaccionó diciendo que, si bien respeta el derecho a comprar armas, las mismas no deberían caer en manos de “desequilibrados” ni de criminales.
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