The Strength of the Arms Lobby

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Tanto el Presidente Barack Obama, que aspira a un segundo mandato, como Mitt Romney, que corre con los colores republicanos, se han confinado a enviar sus condolencias a las víctimas pero han evitado abordar el tema. Ambos temen a la reacción Asociación Nacional del Rifle.

El fuego cruzado entre un hombre armado y la policía en Nueva York deja 2 muertos y 9 heridos. En Chicago, la noche anterior, una balacera deja una veintena de heridos. Ambos incidentes se suman a la masacre en el cine en Aurora, en Colorado, donde murió una docena de personas y una cincuentena fue alcanzada por las balas. Más tarde, en un templo sij, en Wisconsin, perdieron la vida 6 individuos y 3 resultaron heridos por un atacante. El número de incidentes, en un lapso de tiempo tan breve, permite suponer que el tema del control de armas entraría al debate de la elección presidencial.

Tanto el Presidente Barack Obama, que aspira a un segundo mandato, como Mitt Romney, que corre con los colores republicanos, se han confinado a enviar sus condolencias a las víctimas pero han evitado abordar el tema. Ambos temen a la reacción Asociación Nacional del Rifle (ANR, National Rifle Association, NRA, en Estados Unidos). Esta ONG sin fines de lucro es considerada como la mejor lobista política del país. Con 4,3 millones de afiliados cuenta con generosos fondos para gastar en sus campañas políticas.

Hay, claro, una estrecha relación entre los fabricantes de armas y la ANR. Cada nuevo comprador es un potencial afiliado. En su conjunto las industrias, los importadores y las armerías emplean casi 100 mil personas y facturan unos 32 mil millones de dólares anuales. Las armas de puño, pistolas y revólveres, son las más vendidas y entre 2007 y 2011 se aprecia un incremento de 104% en las ventas.

En 2010 dispuso 244 millones de dólares para sus gastos. La ANR fija la mira en los parlamentarios que promueven leyes destinadas a coartar la libre adquisición de armas por parte del público. En el campo de las ideas invocan el derecho constitucional de cada persona a portar armas. De hecho la ANR, fundada en 1871, se reclama como la más antigua organización de derechos civiles del país.

Su efectividad descansa en la astuta focalización de golpear a sus adversarios en el parlamento en su punto más vulnerable: las elecciones y en muchos casos la reelección. Los políticos son clasificados en una escala que va de la A a la F según su adhesión a los principios de la ANR. Esta proclama que jugó un papel clave en la derrota de los candidatos demócratas a la presidencia Al Gore (2000), y John Kerry (2004). Ahora, Obama atrae el fuego de la organización que en su revista encabeza un artículo con este titular: “Nuestra América o la de Obama”. Pese a que el Presidente ha mantenido un bajo perfil sobre el tema, la ANR lo presenta como un enemigo frontal de las armas en manos de privados.

Hay, claro, una estrecha relación entre los fabricantes de armas y la ANR. Cada nuevo comprador es un potencial afiliado. En su conjunto las industrias, los importadores y las armerías emplean casi 100 mil personas y facturan unos 32 mil millones de dólares anuales. Las armas de puño, pistolas y revólveres, son las más vendidas y entre 2007 y 2011 se aprecia un incremento de 104% en las ventas. Todo indica que, gane quien gane las elecciones presidenciales y parlamentarias, poco cambiará en materia de control de armas en Estados Unidos.

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