Who Is Ann Romney? Will She Help Her Husband?

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Por fin se inició la Convención Republicana y con ella el debut oficial de Ann Romney, quien desde Tampa intentó presentarle a los estadunidenses una nueva y más cálida y humana imagen de su esposo, con frecuencia descrito como una persona fría, distante y sin carisma, pero que según ella, después de todo también tiene su corazón.

La esposa desde hace 43 años de quien aspira a sacar de la Casa Blanca a Barack Obama, habló de un Mitt Romney menos plástico y más de carne y hueso. Y quien mejor que ella que lo conoció en la escuela primaria, se enamoró de él cuando era adolecente y hoy trata de ayudar a los estrategas de su partido a convencer al electorado de que el republicano no es el calculador y rico empresario que poco o nada tiene en común con el ciudadano promedio.

En el que quizás sea el discurso menos político de los tres días de una convención que culminará el jueves con el acto protocolario de Romney aceptando su candidatura, su esposa Ann se concentró en hablar de experiencias personales, de su vida familiar y desde luego como era de esperarse, de las grandes cualidades como esposo, padre y abuelo de quien ha sido el amor de su vida.

Porque eso sí, nadie puede negar que esta pareja parece sacada de un romántico cuento, aunque no se sabe si esto influirá y podría llegar a cambiar la predilección electoral entre las mujeres votantes, que constituyen el 52 por ciento de los electores y se inclinan en su mayoría por Obama, de acuerdo a todas las encuestas.

Segun el libro El Verdadero Romney escrito por Michael Kranish y Scott Helman, el aspirante a presidente nunca salió con otra mujer desde que conoció a Ann Lois Davis con quien se casó el 21 de marzo de 1969 cuando él tenía 22 años y ella 19, después de un noviazgo de cuatro años que se inició cumpliendo ella los 16. Tuvieron cinco hijos varones y hoy tienen 18 nietos.

Ann Romney adoptó la religión mormona de su marido. Se graduó de la Universidad de Harvard. Desde 1998 padece una esclerosis múltiple y en 2009 se le diagnosticó y fue operada de cáncer mamario. “Ojalá todos hubieran visto como Mitt se portó conmigo en momentos como ese” ha dicho la posible futura Primera Dama, sobre su esposo, un millonario cuya fortuna se calcula en 260 millones de dólares.

De acuerdo a una reciente encuesta, el 42 por ciento de los estadunidenses tienen una imagen favorable de la señora Romney, lo cual se considera positivo y alentador dado que su discurso en esta convención ha sido su primera intervención a nivel nacional. Sin embargo es muy por abajo de la popularidad actual de Michelle Obama que cuenta con un 64 por ciento.

Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta que tanto influye la popularidad de la esposa a la hora de votar por un presidente. Un reporte Rasmussen al respecto, reveló que un 47 por ciento del electorado sí toma en cuenta a la esposa, pero un 50 por ciento se concentra solamente en la política y personalidad del candidato.

En todo caso, los expertos opinan que las campañas proselitistas son devastadoras y hasta brutales para la esposa de un aspirante. Quién no recuerda el revuelo que desató Michelle Obama cuando dijo en 2008 que por primera vez se sentía orgullosa de su país. Y que decir de Hillary Rodham Clinton, que en 1992 comentó que prefería colaborar con el marido a quedarse en casa horneando galletas.

Desde luego que Ann Romeny de 63 años también ha tenido ya sus fuertes críticas. Se le ha acusado de crueldad hacia los animales, de tener una vida elitista y con privilegios, usar ropa cara, incluyendo camisetas de 900 dólares, conducir automóviles Cadillac de lujo, ser aficionada a la equitación, apasionada del ballet ecuestre y poseer caballos valuados en miles de dólares.

Pero, la polémica más grande en turno suyo y de la cual salió victoriosa se presentó en abril cuando una conocida activista demócrata dijo en televisión que la señora Romney “no ha trabajado un solo día en toda su vida. Y nunca ha tenido los problemas económicos a que se enfrentan las mujeres en este país”.

Ante el riesgo de ofender a las madres que se quedan en casa y perder su voto, hasta el mismo Obama salió en su defensa y dijo que “no hay trabajo más ardúo que el de ser mamá”. Sin embargo, parece igual de difícil lograr que con un discurso su mujer haga que Mitt Romney deje de ser un político aburrido, caiga bien y no parezca distante e indiferente.

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