Ann Romney Jumps into the Ring in Support of Her Husband

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Mitt Romney siempre ha presentado a su esposa como su “arma secreta” y ahora que las encuestas se ponen algo cuesta arriba para el candidato republicano es tiempo de desenfundarla. Sin perder su tono cálido y gran naturalidad, Anne Romney ha afilado su lengua. “A todos esos chicos que votaron a Obama y que ahora están en paro, les digo: despertad, es hora de echar al entrenador”, dijo en un reciente mitin.

La señora Romney ha incrementado su tono político, no limitándose ya a su papel de “humanizadora” de la imagen de su esposo, percibido como algo distante y frío. Ya no solo habla de anécdotas familiares o de lo simpático que es el presidenciable en las cortas distancias, sino que además ha comenzado a disparar directamente contra sus enemigos. “Parad. Esto es duro. ¿Queréis intentarlo vosotros? Echaros al ruedo”, declaró en una entrevista radiofónica dirigiéndose a algunas voces críticas con la campaña de su marido pertenecientes a la derecha del Partido Republicano.

La madre de los cinco hijos del candidato ya ha saltado en ocasiones previas cuando se han producido críticas a su juicio injustas, como cuando desde el bando demócrata se le acusó en abril de “no haber trabajado ni un día en su vida”, ya que la riqueza del matrimonio nunca lo ha requerido. Anne Romney hizo entonces una apasionada defensa del trabajo de muchas madres que no tienen un empleo fuera de casa y la acusación tuvo que ser retirada.

Ahora la mujer de Romney está redoblando su papel público, con más apariciones y participación en actos electorales, algunos de ellos en solitario. En ello sigue la agenda también llena de actos públicos de Michelle Obama, de gran eficacia a la hora de llegar a la gente. El pasado lunes, Obama y su mujer participaron en un “talk-show” televisivo en el que ella reveló detalles de su matrimonio. “Le puedo volver loco… de muchas maneras”, bromeó. El presidente respondió: “no siendo en absoluto razonable”.

El creciente papel de Anne Romney no es algo impuesto. Cuando su marido decidió presentarse a las elecciones, ella “tomó la decisión de pasarlo bien y no permitir que las críticas que vienen con la política le preocuparan”. Entrar en las controversias “le divierte y no se retiene”, aseguran dos de sus amigas en declaraciones al “Wall Street Journal”.

Como ya hizo en su discurso durante la convención republicana de final de agosto, Anne Romney intenta dirigirse especialmente a las mujeres y a la clase media, dos grupos entre los que el candidato republicano encuentra dificultades.

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