El presidente Barack Obama consiguió recuperarse en el segundo debate presidencial con una actuación alabada hasta por algunos republicanos, pero no ha conseguido cambiar la carrera de manera sustancial. A menos de tres semanas de las elecciones, aún sigue luchando por imponerse a Mitt Romney en la intención de voto.
El candidato demócrata no ha logrado compensar el hundimiento tras su somnolienta aparición en el primer debate (él mismo la define en broma como “una siesta”). Apenas ha conseguido ahora un empate. Según la media de las encuestas que hace a diario ‘Real Clear Politcs’, el republicano sigue por delante del demócrata aunque sea por pocas décimas. El sondeo más inquietante para el presidente es el de Gallup, que muestra a Romney seis puntos por delante entre los votantes “probables”, es decir quienes, entre los registrados, planean acudir a las urnas el 6 de noviembre.
Ahora bien, esto podría indicar que Romney está más cerca de ganar el voto popular, pero no necesariamente que vaya a obtener la mayoría de los votos electorales, los que dan los estados al ganador de la mayoría de votos (a excepción de Nebraska y Maine) y los que deciden las elecciones. La victoria o la derrota dependen de apenas media docena de estados en juego.
Obama se mantiene en Ohio, pero no logra recuperar suficiente terreno en otros estados decisivos como Florida, Colorado o Virginia. Nate Silver, el matemático y analista demócrata del ‘New York Times’, insiste en que el presidente sigue siendo líder en 11 de las 13 encuestas de los estados decisivos.
Al presidente le podría valer con el apoyo del Medio Oeste para llegar a los 270 votos electorales necesarios para la victoria, pero su posición es ahora mismo mucho más frágil que la de principios de octubre. Cualquier imprevisto o una buena actuación de Romney en el último debate, el próximo lunes, puede inclinar fácilmente la balanza hacia el candidato republicano.
Más fondos para Obama
La campaña demócrata ha aprovechado la actuación más aplaudida de Obama en el segundo debate este martes para acelerar la petición de dinero. El nivel de recaudación es también un indicador del entusiasmo de los fieles y, tras el debate, los números han mejorado. Según la campaña, este miércoles fue el día más lucrativo, gracias a pequeñas contribuciones.
En septiembre, la campaña del presidente logró el récord de 181 millones de dólares (unos 139 millones de euros) frente a los 170 millones de dólares (130 millones de euros) de los republicanos.
Ambos candidatos siguen inmersos en un maratón centrado, sobre todo, en tres estados. En la cena de gala que organiza la Iglesia católica cada año en Nueva York, Obama bromeó este jueves: “En menos de tres semanas, los votantes en estados como Ohio, Virginia y Florida decidirán estas elecciones increíblemente importantes. Lo que nos lleva a la pregunta de ¿qué estamos haciendo aquí?”
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