“Lo mejor está todavía por venir”proclamaba Barack Obama en su primer discurso al conocer que fue reelecto para ocupar la Casa Blanca por otros cuatro años. En el 2008, muchos en el mundo se entusiasmaron por los cambios prometidos, y en América Latina no se cansan de repetir que Estados Unidos es la mejor democracia de la tierra, a pesar de Guantánamo y las cárceles clandestinas, de las guerras de Irak y Afganistán, de la invasión a Libia y de su interferencia en Siria. ¿En dónde el respeto a los derechos humanos y libertades? ¿Obama reelecto y…?
Con republicanos o demócratas los objetivos de dominación imperial persisten e igual lanzan sus maquinarias de guerra contra pueblos débiles e indefensos. No acaban los golpes de Estado, ni las amenazas contra Cuba, Nicaragua, Venezuela o Bolivia. La diferencia está en que los republicanos son más feroces en tanto que los demócratas pueden invadir y destruir, “pero es posible que se sientan un poco mal” como dicen los musulmanes.
En esa “ejemplar democracia” se han gastado 6 mil millones de dólares en la campaña electoral, lo que demuestra que es una democracia para los inversionistas donantes más que para los millones de pobres estadounidenses y migrantes. Esa democracia, dijo Obama, está “protegida por las mejores fuerzas armadas”, esas que bombardean a Afganistán, Irak, Pakistán, Somalia y otros países.
Las felicitaciones y pedidos al reelecto emperador de turno llovieron, pero seguirá el bloqueo a Cuba, las torturas a los “prisioneros” de guerra y continuarán los bombardeos “inteligentes” con la OTAN, las amenazas a Irán y el apoyo incondicional al sionismo guerrerista de Israel, lo mismo que la política para neocolonizar a América Latina y el Caribe. “Morituri te salutan”.
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