El triunfo de Barack Obama tiene un enorme significado en todo el mundo. En primer lugar, porque nos recuerda que la contraposición entre derecha e izquierda existe todavía con visiones opuestas de la sociedad y del mundo, y en segundo lugar, porque observamos una participación cercana a los 120 millones de votantes que dio como resultado su reelección al obtener más de 58 millones de sufragios. Tiene la victoria en 26 estados e incluso ganó en Massachusetts, en donde Romney fue gobernador y en Michigan donde nació. Con Obama triunfó, con 332 votos electorales (62%), una concepción de la política liberal caracterizada por una visión progresista orientada a los grupos sociales mayormente desprotegidos. Al mismo tiempo, una derecha conservadora y radical fue derrotada al conseguir sólo 206 votos electorales (38%). Los republicanos favorecían la desregulación, los recortes de impuestos a los sectores económicamente más poderosos, pero sobre todo, el diseño y aplicación rigurosa de políticas migratorias violatorias de los derechos humanos. Se derrotó a una derecha con tintes evangélicos y contraria a cualquier intervención del Estado en los diferentes ámbitos de la vida social y económica. En una palabra, los votantes se manifestaron por evitar un retroceso. Destaca que la campaña electoral fue la más costosa de toda su historia calculándose una erogación de 6 mil millones de dólares, aunque también fue una campaña novedosa que desarrolló un exitoso uso político de las redes sociales para capturar el voto joven. El 25% de los electores anunció sus preferencias políticas a través de Facebook o Twitter. Fue una campaña innovadora en términos de marketing político y manejo de medios masivos de comunicación con lo que se reafirmó que hacer campaña electoral es cuestión de imagen. Un dato relevante fue el incremento del voto anticipado, ausente o por correo, en donde se estima que 9.2 millones de personas emitieron su voto a través de estas modalidades.
Ahora los desafíos para Barack Obama, en el futuro inmediato, son enormes. No ganó las elecciones con una mayoría apabullante como ocurrió en 2008, además la Cámara de Representantes continuará siendo dominada por la oposición republicana. Por otro lado, la situación económica y financiera de EU es muy frágil, sobre todo, por lo que se refiere al déficit federal y la deuda nacional. Además, los pronósticos de intención del voto expresaron prácticamente un empate durante las últimas semanas y se mantuvieron muy cerrados hasta que se dieron a conocer los resultados de los estados más disputados que fueron Ohio y Florida. Nuevamente EU tendrá un gobierno dividido, fenómeno por lo demás, presente en ese país desde 1832 cuando las elecciones presidenciales crearon este contexto de gobierno. Esta división es reflejo de un realineamiento electoral que expresa la incapacidad de los partidos tradicionales para desarrollar políticas de inclusión. Diversos estudiosos consideran que una explicación de este realineamiento electoral se encuentra en el desarrollo político de las bases sociales de los partidos que empiezan a ser fragmentadas por divisiones de tipo étnico-cultural. Por esta razón, la elección estadunidense estuvo determinada por la denominada “política racial” caracterizada por una disputa de poder entre los grupos étnicos: blancos, afrodescendientes, latinos y asiáticos. En el triunfo de Obama el voto de estos grupos fue determinante, pero de manera especial, destaca que 7 de cada 10 latinos (75%) votaron por Obama. Su elevada participación fue la sorpresa de esta elección. En este nuevo escenario habrá, por primera vez, 3 legisladores de origen hispano en el Senado y en la Cámara de Representantes serán 17. Se habla de una nueva coalición electoral que permitió la reelección y que está formada por el voto de mujeres, minorías y jóvenes. A Obama le quedan cuatro años más para concretar la reforma migratoria que prometió desde el inicio de su mandato. Los casi 12 millones de indocumentados que viven y trabajan en EU exigen ser tomados en cuenta. Se deben reconocer las enormes aportaciones que realizan a la economía, la sociedad y la cultura de ese país.
Por lo que respecta a México, el triunfo de Barack Obama traerá efectos positivos si tomamos en cuenta que EU es nuestro principal socio comercial y tenemos con ellos un Tratado de Libre Comercio. A su vez, somos su tercer socio comercial después de Canadá y China. A nuestro país se dirigen cerca del 25% de sus exportaciones. Aunque para nuestro vecino los temas de política exterior se concentran en temas de terrorismo, crisis económica y narcotráfico, los 3,185 kilómetros de frontera que compartimos hacen del tema migratorio un tema impostergable y siempre presente en la agenda bilateral. Obama no podrá ignorar que su reelección se debe a la nueva realidad representada por la creciente participación política de los hispanos. Las elecciones que permitieron su reelección reflejan un creciente reclamo popular y democrático: impulsar una radical y generosa reforma migratoria.
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