A New Atmosphere for Biden's Second Visit to Mexico

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Joseph Biden acudirá con la representación de Obama a la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Biden resultó clave en la elección de Obama, por su carisma y por su notable desempeño en el debate vicepresidencial. Hizo trizas a Paul Ryan, el candidato republicano. Lo importante de aquel debate es que cambió la percepción de que en el anterior debate Romney había derrotado a un Presidente inseguro y titubeante. El momentum republicano terminó con la paliza vicepresidencial a Ryan.

Durante el debate, cuando Ryan todavía echado para adelante criticaba la política exterior con motivo del asesinato del embajador estadunidense en Libia, Biden le reviró al culparlo de que él —en la Cámara de Representantes— había votado a favor de reducir la protección a diplomáticos del servicio exterior, una de las posibles causas de aquella tragedia. Cuando criticó la propuesta de reducir los gastos militares, Biden atacó nuevamente al recordar que Romney había incluido al sacrosanto personal de las fuerzas armadas en el 47% de la población que no tomaría en cuenta en su campaña electoral. Para colmo, llegó a comparar al candidato a la vicepresidencia con la desprestigiada gobernadora Sara Palin. McCain la culpó recientemente de su derrota hace cuatro años.

Biden vendrá nuevamente a México en una atmósfera distinta a la de su visita anterior en que además de visitar a Calderón en Los Pinos se reunió con los candidatos presidenciales. En aquel momento, Biden aseguró que la política estadunidense en materia de legalización de las drogas era totalmente contraria a la legalización. Llegó a referirse específicamente al grupo de ex mandatarios latinoamericanos, entre los que destacó Ernesto Zedillo como uno de los impulsores de un nuevo debate.

Conforme a la Constitución de Estados Unidos (curiosa división de poderes) el vicepresidente es el presidente ex officio del Senado, aun cuando está acotado, pues no vota ni participa en el debate ni habla siquiera, nomás preside. Durante su visita a México, a principios de año, declaró que con ese motivo había pasado muchas horas en el Senado escuchando los argumentos a favor y en contra de la legalización. Si bien dijo que la legalización de las drogas puede traer beneficios como reducir la población en las cárceles (gravísimo problema en California), las complicaciones de salud pública que traería consigo una medida de tal naturaleza, el aumento del consumo y la creación de costosas burocracias para la distribución de drogas impactaría la productividad de un país; los costos para la atención de la salud pública y sobre la tasa de mortalidad la hacen impensable. Entonces todavía no se legalizaba la mariguana en Colorado y Washington ni Peña Nieto era Presidente de México.

Los vicepresidentes en EU son figuras a la hechura del Presidente. Sus funciones formales son dos: suplir al Presidente en caso de ausencia y presidir el Senado. Todo lo demás es lo que el Presidente quiera y pueda conferirles. Algunas funciones constitucionales como ser el comandante en jefe de las fuerzas armadas, vetar, si lo considera, las leyes aprobadas por el Congreso u otorgar perdones, no las puede delegar. De manera que el Presidente puede conferir otras tareas al vicepresidente, como formar parte de algún cuerpo asesor o bien enviarlo a la toma de posesión de Enrique Peña Nieto este fin de semana. Curiosamente el vicepresidente no es un empleado del Presidente, sino que su cargo es propio y no puede el Presidente despedirlo como sí lo puede hacer con sus secretarios y otros funcionarios del Poder Ejecutivo.

La próxima visita de Biden es formal y solemne, como será la sesión donde proteste el Presidente y se despida por fin al presidente Calderón. El Presidente está que se va y se va y no se ha ido y cada día hace un nuevo desfiguro. No habrá momento para discutir agenda. Algo se habrá avanzado en la fugaz visita a Washington del Presidente electo. Lo cierto es que la atmósfera cambió no tan sólo porque dos estados, Colorado y Washington, han legalizado el uso de la mariguana y 17 estados más de esa Unión han aprobado su uso terapéutico, sino porque Peña Nieto tendrá con seguridad una aproximación al problema de las drogas diametralmente opuesta a la de Calderón, que fue el fracaso más sonado de su interminable gestión.

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