Time to Reflect

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Estaba comenzando a escribir mi columna como todas las semanas. Esta semana en particular estaba muy emocionado, la NFL nos regala un fin de semana con enfrentamientos como Dallas vs. Pittsburgh, San Francisco vs. Nueva Inglaterra y varios más.

Estaba iniciando el segundo párrafo, cuando prendo la tele, veo en las noticias que hubo una masacre en una escuela primaria de Connecticut, y me pregunto; que importa en este momento quien gane o pierda un partidode futbol americano? Si Pittsburgh, mi equipo preferido, gana o pierde, la vida sigue su curso. Si son eliminados de la postemporada en diciembre jugaran otra vez en septiembre.

Desgraciadamente, para los niños de la escuela primaria Sandy Hook, la vida no sigue. Para las victimas y los familiares de las victimas, la vida no sigue. Esto es una tragedia, y lo peor de todo es que es una tragedia que pudo ser prevenida. En un día como hoy, no puedo escribir de deportes o de resultados o de grandesjugadores.

Me resulta imposible entender como una persona puede llegar a tal punto de locura que pueda dispararle a niños de primaria. Es devastador, es incomprensible. Lo que es igual de difícil de entender, es como esta persona o cualquiera que vive en los Estados Unidos puede entrar a una tienda y salir armado con un rifle semiautomático.

Es la fascinación que tiene el pueblo estadounidense con su Constitución – y más específicamente con la segunda enmienda de la misma – que permite que estos actos de violencia ocurran.

Hasta que el uso de armas de fuego sea regulado episodios como este seguirán sucediendo. Ya basta. Cuanta gente tiene que morir para que en este país la sociedad se dé cuenta que si todos tenemos armas de fuego, nos vamos a seguir matando entre nosotros.

Hoy es el día para iniciar un cambio. La Constitución de los Estados Unidos fue corregida en el Siglo XVIII para darle a la gente el derecho de poseer armas de fuego, hoy en el Siglo XXI es tiempo de repelar este derecho.

Si la muerte de decenas de niños, en un salón de clases, a manos de un monstruo, no nos hace reflexionar y cambiar nuestras leyes para prevenir estas tragedias, dudo que algo lo hará. Cuanta sangre tiene que ser derramada para tomar un paso hacia la paz. Me entristece enormemente la muerte insensata de estos inocentes niños, pero me entristece más aun que estas muertes pudieron haber sido prevenidas si tuviéramos leyes más severas.

Lo siento si esperaban una columna deportiva, pero en un día como hoy, los deportes no son más que un minúsculo detalle.

Me gustan los deportes, pero amo la vida.

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