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El National Intelligence Council, NIC, de los EE.UU. acaba de publicar su informe sobre mundos alternativos de aquí al 2030, que es sobre todo una proyección de tendencias actuales hacia el futuro. El panorama que pinta combina lo conocido, lo previsible, lo inesperado y lo nunca imaginado. En ningún caso anuncia un mundo más cómodo para la humanidad.

Vaticinio de cuatro megatendencias: importante avance en el empoderamiento del individuo; difusión del poder entre numerosos polos en el mundo: 60% de la población se concentrará en ciudades; la interacción de necesidades en alimentos, agua y energía será crucial en el desarrollo de los eventos en el periodo.

Los elementos malos en la película serán versiones potenciadas de los actuales: la inestabilidad política, el peligro de conflicto, debilidades endémicas en la economía, problemas para no ser avasallados por los cambios demográficos, sociales, climatológicos y tecnológicos, sobre todo. No asoma un factor de alivio inesperado.

Se presenta cuatro mundos alternativos potenciales. En el primero, considerado por el informe como el más verosímil de los escenarios negativos, aumentan los riesgos de conflictos entre Estados. En este caso, “los EE.UU. se repliegan y la globalización se estanca”. La idea es que entonces los motores del mundo se empiezan a ahogar. En el segundo escenario, considerado el más positivo, se produce una suerte de fusión entre China y los EE.UU., lo cual a su vez propicia una mayor cooperación global. En un tercer escenario se agudizan las diferencias entre países, con fuertes tensiones entre los países que fracasen, y en un cuarto escenario los actores no estatales toman el liderazgo.

El documento es mucho más extenso (unas 200 páginas), detallado y fundamentado que un resumen ejecutivo. Por obvias razones pivota en torno de los EE.UU., pero a la vez está concebido como un material para el debate. Todos los puntos importantes de la geopolítica y las principales políticas internas nacionales están allí para ser discutidos.

Para una mirada peruana resulta difícil ubicarse en medio de los vaticinios, más allá de las tendencias gruesas que nos incluyen. Pero afinar nuestra relación con este tipo de escenarios prospectivos mundiales (el del NIC y cualquier otro) es un indispensable ejercicio de inteligencia. Leamos este: www.dni.gov/files/documents/GlobalTrends_2030.pdf

Un mundo más o menos global hará toda la diferencia para nosotros en los próximos 20 años. Lo mismo si los actores no estatales toman las riendas del mundo. Un repliegue de los EE.UU. o una fusión con China son dos escenarios distintos también para el Perú. Además pensar a 20 años de plazo puede ayudarnos a entender algunas de las opciones de aquí al 2016.

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