The Sale of Arms

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La mañana del 14 de diciembre 2012 ocurrió una masacre en una escuela primaria en Connecticut, a sesenta millas de la ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos de América. Los ciudadanos y ciudadanas de este hemisferio hemos conocido este caso de violencia social que finalizó con la muerte de varios niños norteamericanos. Y, nos preguntamos: ¿Por qué en una sociedad industrializada, enriquecida, y con un nivel de ingresos muy altos suceden esos hechos que parecieran propios de una sociedad atrasada e ignorante de los derechos humanos, y del derecho a la vida. ¿Por qué?

Para el siglo XXI los habitantes de este planeta ya deberíamos ser diferentes, es decir, inteligentes, tolerantes, pacifistas y muy humanos. Deberíamos convivir en armonía, y de forma tranquila. Sin armas, sin odio, sin violencia. Pero, debemos centrar nuestro comentario en un factor determinante para estos hechos deplorables, nefastos y repugnantes. El comercio de las armas.

Ciertamente, el comercio de las armas facilita el uso de las mismas en manos humanas. Y, necesariamente debemos preguntarnos, ¿para qué se fabrican las armas? Y necesariamente llegamos a la conclusión que fueron hechas para matar, para privar de la vida a otro ser vivo. Ya sea animal o humano. No hay otra explicación.

El otro aspecto grave es la posesión de armas, a quien le entregan armas las autoridades competentes. La entrega de armas a personas naturales únicamente contribuye con el crecimiento de la vorágine armamentista y de muerte. En el mundo hoy día encontramos que el gran comercio de los señores rusos, de los franceses, de los coreanos, los españoles, de los norteamericanos, entre otros, son precisamente la producción de armas, el comercio de armas y la promoción de las mismas. Paradójicamente hay países con alto índice de pobreza y desigualdad que sus gobiernos prefieren comprar armas, vender armas, enriquecerse con el mercado de la muerte: la venta de armas.

Por lo tanto, la sociedad moderna, la sociedad industrial no debe ser hipócrita y buscar la explicación o la razón de estos hechos, en otra parte que no sea el facilitamiento, el comercio, la entrega de las armas en manos humanas. Las armas no deben existir, los seres humanos debemos ser seres pensantes, calmos, humanos. La ausencia de las armas en el comercio mundial es una expresión práctica y concreta de estar en contra de la violencia. Es hipocresía decir que estamos en contra de la violencia, y somos productores de armas, y somos comercializadores de armas, y somos importadores de armas. Las armas son un símbolo de violencia, no nos engañemos, somos violentos cuando comparamos, importamos, comercializamos armas.

Como este caso de violencia social en EE.UU. no será el primero, ni el último de su clase, mientras los seres humanos con poder de decisión y ambiciones de enriquecimiento dediquen sus riquezas y recursos a la producción de armas, que es lo mismo la producción de violencia, o la producción de muerte.

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