Obama: New Government, Same Quarrels

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Año Nuevo, vida nueva, pero no para Barack Obama, que el próximo día 20 asume la presidencia de este país por segunda ocasión consecutiva, enfrentándose a legisladores republicanos que le harán casi imposible cumplir con las promesas que hizo y con sus buenos deseos para el 2013.

De entrada, el mandatario propuso este lunes al ex senador Chuck Hagel como secretario de Defensa para su segundo periodo, y al consejero antiterrorismo John Brennan como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), abriendo con estas designaciones un nuevo frente de batalla en la continua y cada vez más fuerte pelea con sus opositores en el Congreso.

El presidente podrá haber ganado cuatro años más en la Casa Blanca, pero tiene muy poco campo político de acción para sacar adelante los puntos principales de su agenda, empezando por el tema que él, insiste, será su prioridad en los próximos meses: la reforma migratoria.

Obama prometió que esta vez sí cumplirá lo que ofreció en 2008 en cuanto a inmigración y, dada la presión de los grupos latinos y pro inmigrantes que mucho contribuyeron a su reelección, se da como un hecho que ahora sí el mandatario no tendrá más remedio que proponer acciones concretas que lleven, según él mismo ha dicho, a la creación y aprobación de una ley que eventualmente brinde la ciudadanía legal a quienes están aquí sin documentos.

Otro enfrentamiento con el Congreso que no será nada fácil se espera que se dé cuando, y si en verdad, el mandatario intenta implementar un mayor control de las armas. Obama ha prometido usar todo el poder de la presidencia para prevenir y evitar que se den otras masacres como la ocurrida en una escuela primaria el pasado 14 de diciembre, cuando 20 niños murieron a manos de un joven armado con un arsenal propiedad de su madre, adquirido legalemente. Esto seguramente se traducirá en tratar de imponer más restricciones para la compra y posesión de armamento, lo que sin duda enfurecerá a los republicanos.

Sin embargo, dadas las terribles matanzas ocurridas en sus cuatro primeros años de gobierno, a Obama no le quedará más remedio que intentarlo y para eso ha dicho que sólo espera tener sobre su escritorio, este mismo mes, una serie de recomendaciones de un grupo de expertos a los que encargó la tarea.

Es un hecho que la designación de Brennan para substituir al general David Petraus en la CIA no será fácil, sobre todo porque estuvo involucrado durante el gobierno de Bush con el equipo al que se acusa de haber practicado la tortura, sin embargo, él niega haber estado de acuerdo.

Pero, por lo pronto, Obama tiene el plato lleno con la fuerte oposición que ha provocado su elección de Hagel, un veterano condecorado de la Guerra de Vietnam y senador republicano durante doce años para reemplazar a Leon Panetta como jefe del Pentágono. Pero todo parece indicar que el presidente no tiene la intención de volver a perder ante los republicanos, como sucedió en diciembre, al conocerse su intención de designar a Susan Rice, actual representante ante la ONU, como secretaria de Estado en lugar de Hillary Clinton, puesto para el que finalmente nombró al senador John Kerry.

Hagel, a pesar de haber ocupado una curul republicana, es ampliamente rechazado y cuenta con la oposición casi unánime de los legisladores de su partido que lo acusan principalmente de ser anti-semita y de haber criticado la intervención en Irak y oponerse a que Washington adoptara medidas más severas en contra de Irán.

Pero no sólo eso, Hagel también tiene a varios congresistas demócratas en su contra que lo acusan de apoyar la política que prohibía a homosexuales servir en las fuerzas armadas y de haber hecho un comentario peyorativo en 1998 sobre la designación de un embajador abiertamente homosexual.

La oposición a Hagel ha sacado a relucir la gran influencia que Israel tiene en Washington, ya que lo que más se le critica es que alguna vez dijo que “el cabildeo judío intimida a muchos aquí”, y sus opositores argumentan que no debió decir judío, sino “pro-Israel”. Eso, dijo la página de internet Weekly Standard, “es atisemitismo”. Por su parte, el influyente columnista del Wall Street Journal Bret Stephens ha dicho que la nominación de Hagel “muestra que el presidente no es amigo de Israel”.

Obama, sin embargo, no parece intimidado y da como un hecho la confirmación de su elegido, de quien piensa que se convertirá en un gran aliado que como él ve con cautela intervenciones militares y comparte la idea de retirar más temprano que tarde las tropas estadunidenses de Afganistán, además de que le daría un toque bipartidista a su nueva administración. Está por verse quién gana este primer round.

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