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Posted on February 8, 2013.
Obama, enfocándose en su propio país
Barack Obama empezó su segundo periodo como presidente de Estados Unidos con un discurso poco tradicional en el que habló de temas jamás tocados por un mandatario al asumir el poder, tales como una reforma migratoria, la bienvenida a los inmigrantes, derechos e igualdad para los homosexuales y responsabilidad sobre el cambio climático.
En otras palabras, el jefe de la Casa Blanca, que con gran apoyo popular resultó reelecto en noviembre pasado para cuatro años más, prometió y se fijó a sí mismo una ambiciosa agenda de trabajo, ya no enfocada sólo en que su país siga siendo líder y policía del mundo, sino en la de hacer de ésta una mejor nación que rectifique errores internos y brinde mejores niveles de vida a sus ciudadanos.
En otras palabras, Obama quiere empezar por limpiar su casa y reconstruir en muchos aspectos su propio país. Sólo que eso requerirá de una habilidad política extraordinaria, mejores relaciones con el Congreso y, sobre todo, de muy buena suerte.
En particular a los latinos nos agradó su referencia a los inmigrantes, a la exigencia de crear una ley que eventualmente les proporcione la ciudadanía a quienes viven y trabajan aquí sin documentos. Y gran eco tuvo también su propuesta para que, sin excepción, las mujeres obtengan la misma paga que los hombres si hacen igual trabajo.
Pero uno de los pasajes de su discurso que más se discute y llamó la atención fue el de su llamado a la igualdad de los homosexuales, ya que si bien en su primer periodo había apoyado el matrimonio del mismo sexo y la presencia abierta de homosexuales en el ejército, organizaciones gay lo habían criticado duramente por considerar que no había hecho lo suficiente. En esta ocasión Obama dejó claro que tienen los mismos derechos que cualquier otro ante la ley.
El agradecimiento de Obama hacia los hispanos, gracias a cuyo voto ganó la reelección, quedó de manifiesto con la participación de la juez de la Suprema Corte, Sonia Sotomayor, de origen puertorriqueño y la primera mujer latina que toma el juramento al vicepresidente. Igual fue un ministro religioso nacido en Cuba, Luis León, quien pronunció la oración tradicional.
El respeto de Obama por los homosexuales quedo más que evidente con la invitación al poeta nacido en España, Ricardo Blanco, para que recitara uno de sus poemas, en la primera ocasión en que un escritor hispano y abiertamente gay participa en la ceremonia de investidura.
Pero quizá el momento más importante del discurso de Obama fue su declaración de que una década de guerra está por terminar, como lo está también la recesión económica que consumió gran parte de su primera administración. “Es hora, venía diciendo desde antes el presidente, de enfocarnos a reconstruir nuestra propia nación”.
Y es que una encuesta hecha pública antes de la toma de posesión reveló que la gran mayoría de los estadunidenses, 83 por ciento de los entrevistados, demócratas, republicanos e independientes, quiere que el presidente se enfoque a los problemas internos. Esto luego de que el mandatario había venido insistiendo en sus discursos en la necesidad de dejar la guerra atrás y enfocarse a la creación de empleos, industrias y nueva infraestructura local.
Que tanto este país necesita reconstrucción y nueva infraestructura quedó más que claro cuando el huracán Sandy, en octubre pasado, dejó cientos de miles de personas sin electricidad por varias semanas, ya que si bien en la mayoría de los países industrializados los cables van por el suelo, en gran parte del noreste de los Estados Unidos, unos de los conglomerados humanos más grandes del planeta, los cables eléctricos aún se sostienen con postes que fácilmente son derivados por vientos fuertes o por aguaceros, como sucede con frecuencia en esta capital.
Otro punto urgente es la seguridad de los 600 mil puentes que existen en el país, cuya estructura también pertenece al pasado, estimándose que uno de cada cuatro requiere reconstrucción inmediata. Y qué decir del sistema educativo, si bien las universidades son excelentes, también son extremadamente costosas y exclusivistas. La educación elemental en las escuelas públicas deja mucho que desear, estimándose que anualmente 1.3 millones de jóvenes abandona la secundaria.
Y qué decir del sistema de salud. El más caro del mundo, pero no el más eficiente y tampoco llega a todos. Aquí la expectativa de vida es de 78 años, mucho menor que la edad promedio en otros 32 países con economías similares.
El presidente parece bien serio en desatenderse un poco del mundo y enfocar su energía, su poder y los recursos a logros y avances en su territorio. Ése sería su gran legado. A menos desde luego que una crisis inesperada estalle lejos de aquí y Obama se vea obligado a un cambio de planes.
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