Obama and Latin America

<--

En su segundo mandato, el presidente Barack Obama aparece con una mayor afirmación. Obviamente, es el momento para marcar de manera más clara sus políticas y tratar de implantar las ideas que concibió para conducir a los Estados Unidos al bienestar.

Quienes lo siguen en América Latina, esperaban que su informe del miércoles sobre el estado de la Unión ante el Congreso prestara alguna atención a Latinoamérica. ¡Pero qué va! Obama resultó decepcionante para estos pueblos. Ni siquiera dedicó unos párrafos para esbozar alguna política hacia la región.

Apenas, tangencialmente se supone que lo hizo cuando reiteró su interés en implantar una reforma migratoria para sacar de la ilegalidad a cerca de once millones de personas, una gran mayoría de origen latino establecida en su país.

Parecería que no tiene política para Latinoamérica, que pese a Estados Unidos se labra su propio camino. Algo frustratorio si se toma en cuenta el empeño histórico por trillar camino junto al gran coloso del Norte.

Pero a Obama hay que reconocerle su empeño en restaurar la confianza en su pueblo, cómo reconstruirlo mediante el resurgimiento de su economía. Su informe sobre el estado de la Unión imprime optimismo a los norteamericanos, que han visto cómo bajo su gestión la nación se levanta de la crisis en que la dejaron sus predecesores recientes.

El mismo afán en restaurar la confianza en Estados Unidos como destino para la inversión, en reconvertir las fuentes de generación, apostando a las energías limpias y aceptando la necesidad de detener la degradación del ambiente y la reafirmación del papel de Estados Unidos en la escena global, con énfasis en políticas persuasivas pero firmes, bajo la divisa de su visión de la democracia.

Obama volvió a sus promesas para mejorar el futuro de niños y jóvenes americanos, la protección y el avance de las mujeres, políticas más estimulantes para elevar los salarios, en fin, su apuesta a su país.

El presidente Obama puede inspirar a los latinos y caribeños en la necesidad de insistir en el desarrollo, con sus propios medios.

About this publication