A Record for the Stock Market? Or Still 10 Percent Below?

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¿Qué significa un récord del Dow Jones? ¿Que se acabó la crisis? ¿En todas partes? ¿En Estados Unidos? ¿Qué estamos de vuelta en 2007, justo antes de que estallara la crisis de las hipotecas basura?

No.

Nada de eso. Siento decepcionarle.

Lo primero es que el Dow Jones… no ha batido un récord real. Ha batido un récord nominal. Ha roto el techo de los 14.164,53 del 9 de octubre de 2007. Pero esa cifra no es real. Porque, desde el 9 de octubre de 2007, los precios han subido. Si se toma el IPC, el Dow Jones debería haber alcanzado los 15.731,89 para romper el máximo de 2007. Si se usa el deflactor del PIB, 15.360. En el primero de esos casos, el Dow Jones está todavía un 10% por debajo del récord. En el segundo, un 9%. Por poner un ejemplo, es como si a usted le dicen que se alegre, porque le van a pagar lo mismo que en 2007.

De hecho, en términos reales, el Dow Jones todavía está por debajo de su nivel de 2000, durante la ‘burbuja’ de las ‘Puntocom’.

Este gráfico (a la izquierda), que solo recoge hasta 2010, revela la diferencia de contar solo los índice o computar también la inflación. La raya de arriba es el valor del Dow Jones Industrial Average antes de aplicarle el IPC; la de abajo, con IPC.

Ahora bien, también podría ser que el Dow Jones… ¡ya hubiera batido el récord nominal en 2012! ¿Cómo? Simplemente, añadiendo al índice los dividendos, es decir, la parte de los beneficios que las empresas entregan a los accionistas.

Las empresas están dando más y más a los accionistas porque tienen tanto dinero que no saben qué hacer con él. No lo van a invertir, porque la economía de EEUU sigue creciendo a paso de tortuga, la de Europa sigue rumbo a Japón (estancamiento eterno) y la de China se está frenando, hasta el punto de que hoy Pekín ha admitido que probablemente no cumplirá sus objetivos de crecimiento para este año (bienvenido al club). La medida de los dividendos es mucho más complicada, pero todos los analistas coinciden en que, si se los toma en consideración, el Dow Jones está ahora más alto que en 2007. Aunque, de nuevo, sin contar la inflación.

Entonces, ¿no se ha batido nada? ¿O, al menos, nada real?

Exacto. Esta confusión revela también el método empleado para elaborar el índice. Inicialmente, el Dow Jones Industrial Average era simplemente la media aritmética de los 30 valores que lo forman. Después, se cambió ese sistema. Pero, aun así, valora más el precio que la capitalización bursátil. Eso hace que los movimientos de las empresas con acciones caras influyan más que los de las empresas con acciones baratas. Si una empresa tiene muchas acciones baratas y en realidad la compañía vale más que otra, pesará menos en el Dow Jones que otra que tenga muy pocas acciones, pero muy caras.

Hay, además, otro problema. El Dow Jones solo cuenta las acciones de las empresas que cotizan en el NYSE. No incluye a las del otro gran mercado noyorkino, el NASDAQ.

Eso deja fuera, por ejemplo, a Google, cuyas acciones han subido cerca de un 14% en lo que va de año y que se aproximan a los 1.000 dólares por acción. O a Apple que, aunque ha perdido cerca de un 15% desde el 1 de enero, aún está en los 433 dólares por título. Apple, por ejemplo, vale 312.000 millones de euros. Google, 212.000 millones, a pesar de que los accionistas de esa empresa tienen tanto poder como un florero, porque los dos fundadores y el presidente son los que controlan las acciones que de verdad dan poder de voto. El gigante del software Oracle tampoco está en el Dow Jones, pese a que vale 129.000 millones de euros.

Sin embargo, sí están en el Dow Jones Hewlett Packard, que apenas vale 31.000 millones de euros, o Du Pont, que tiene una capitalización de 34.600 millones.

Por todas esas razones, el mercado considera más fiable el índice Standard and Poor’s 500, que toma en consideración tanto el precio de la acción como la capitalización de las empresas del NYSE y del NASDAQ. El S&P 500, como se le conoce coloquialmente, no ha batido aún el récord nominal.

Es un matiz importante, porque ahora mismo todos los medios de comunicación de EEUU están insistiendo en que la Bolsa ha batido un nuevo récord. Y ésa es la ocasión perfecta para que entren en el mercado pequeños inversores con poco conocimiento de lo que hay ahí dentro. Esa gente puede acabar perdiendo todo lo que han metido. De lo que se trata es, como dice un viejo dicho, de “vender cuando las viudas y los huérfanos compran”. Viudas y huérfanos, se supone, son inversores conservadores y con poca formación. Si entran en Bolsa, es que ue algo va mal.

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