Obama Debuts in Israel

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Editorial: Obama debuta en Israel

21 de Marzo del 2013

Si Obama no es popular en Israel, sus bombardeos en Irak y Afganistán tampoco lo hacen simpático en los países árabes. Quizá por eso sus expectativas se reducen a oír lo que tengan que decirle. Y así lo ha manifestado.

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Barack Obama llegó a Tel Aviv el miércoles y saludó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, con un sonoro “¡shalom!”. La palabra es una fórmula de saludo, pero también significa “paz”. Era una buena síntesis del temario que lo lleva a Israel por primera vez en cuatro años largos de mandato, pues aunque el presidente de Estados Unidos no busca resucitar su fracasado plan de paz, el propósito del viaje es hacer las paces con los israelíes, que no lo consideran un buen amigo de su país, y garantizar a Israel su apoyo frente a las amenazas provenientes de Siria e Irán.

La relación de Obama con Netanyahu ha sido francamente mala. Para empezar, el mandatario estadounidense prefirió visitar Egipto en su primer mandato y se mostró partidario de que tanto judíos como palestinos pudieran contar con Estados propios e independientes. La respuesta de Israel fue extender aún más la colonización de zonas en conflicto, cuyo congelamiento era una de las bases del plan de paz. Hay ya medio millón de colonos en el territorio invadido en 1967 por las tropas israelíes. Para que el mensaje fuera aún más claro, Netanyahu reorganizó el lunes su gabinete al abrir una nueva legislatura y nombró en cargos claves a connotados partidarios de los asentamientos.

Por eso, en las tres ocasiones en que Obama dialogará con el jefe del gobierno anfitrión el tema central no será Palestina sino el peligro de que armas químicas procedentes de la caótica guerra civil siria se cuelen en la región y que Irán adquiera los elementos necesarios para fabricar una bomba atómica. El visitante dejó claro que Israel tiene todo el respaldo de Washington y que está dispuesto a tomar cualquier medida en Siria para evitar que se desperdiguen las armas químicas, mientras trabaja en el campo diplomático para frenar a Irán.

El presidente norteamericano también incluye en su itinerario una breve visita al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, para explicarle, entre otras cosas, que no es el momento de revivir el diálogo entre los dos vecinos, a quienes separa una enemistad milenaria. Pero si Obama no es popular en Israel, sus bombardeos en Irak y Afganistán tampoco lo hacen simpático en los países árabes. Quizá por eso sus expectativas se reducen a oír lo que tengan que decirle. Y así lo ha manifestado.

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